La pereza o
del latín acedia, accidia o pigritia,
es la negligencia, astenia, tedio o descuido en realizar cualquier acción, movimiento
o trabajos. En otros términos flojera, haraganería, holgazanería, gandulería,
incluyan cualquier otra palabra con significado peyorativo.
Hoy es domingo
y mi instinto de conservación me obliga a no malgastar mis energías; deberá de
tener un beneficio cada acción que pueda comprometer el gasto de glicol de mi
cuerpo. Voy a dejar que las energías se mantengan almacenadas y aplicare la máxima
del mínimo esfuerzo, por lo menos un rato.
Ya el puro
hecho de tener un cerebro disque desarrollada consume energía, alrededor de un
20% del total de los requerimientos del cuerpo; esto si piensan, si no piensan
y no ejercitan su cerebro, pueden tener el mismo consumo que una babosa o una sanguijuela.
No el cerebro consume energía tanto si se usa como si no. No utilizarlo supone
un desperdicio de energía.
Mi cerebro
para evitar una sensación desagradable que no es más que aburrimiento, me va a
obligar hacer algo que tal vez me quite la sensación de pesadez y como es
temprano me va mandar a desayunar.
La pereza es algo que está constantemente tentando al ser humano. Suele
ocurrir que una persona haga planes para el futuro con mucho entusiasmo, pero
cuando llega el día no lo cumple por pereza. Algunos ejemplos de esto lo son
los planes de ejercicio, dietas, estudios y hasta tareas laborales. Nuestros
antepasados, los primeros hombres que habitaron la tierra, no tenían la
necesidad de utilizar la frase “lo haré luego”; esto debido a que sus
actividades en las cuales gastaban sus energías eran para el beneficio del aquí
y el ahora. Era un estilo de vida en el cual se sobrevivía utilizando energía
en el instante que se tuviera una necesidad. Si se tenía hambre se cazaba, si
se tenía sed se tomaba y esto igual con las necesidades sexuales. Los antepasados
se encontraban con que no pasaba mucho tiempo entre el deseo y la acción. No
existía completamente aún la planeación del futuro de modo que se vivía en el
presente. No quiere decir que no planeaban para el futuro sino que no dejaban
que esos planes interfirieran con su deseo inmediato.
Ahora en estos tiempos las cosas han cambiando. Y pues es todo ya me voy.
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