lunes, 16 de julio de 2012

De mis amigos o sin motivo real


Si hay razones o si es que de verdad existen razones que la razón no puede entender, una de ellas es la amistad. En cuestión de amigos es un tema que, aunque me parezca algo extraño en mi persona, es algo que difícilmente paro en reparar o siquiera en cuestionar.

Mi abuelo me enseño que todos somos amigos, y que ya sería el tiempo el encargado que demostrar si en verdad todos somos amigos o no. Hubo mucha sabiduría en sus palabras. El tiempo se ha encargado de demostrar que hay vínculos que son irrompibles y que al contario pase lo que pase se robustece la amistad, a pesar de las ausencias.

Me ha quedado muy claro que mis amigos son mis amigos, por motivos muy diversos, pero no tengo amigos por su credo religioso, ni por su afiliación partidista, ni mucho menos por sus preferencias sexuales; mis amigos son mis amigos por ser ellos nada más.

¿Qué me pueden caer mal en algún momento de la vida? Pues sí, nunca  establecimos en pacto de amistad para ser cómplices incondicionales, ni para solaparnos tonterías, ni para callar nuestros puntos de vista, solo por no dar motivo a disgusto o  discusión. Tal vez nunca ayude a alguien a levantarse, pero hice todo lo que puede para no dejarlo caer.

Hace unos días mi generación de preparatorio se reunió para celebrar nuestro 25 aniversario de haber egresado. Por motivos de salud me fue imposible asistir. Me tuve que conformar con ver una serie de fotografías que muy amablemente tuvieron varios la cortesía de compartir a través de la red.

Todos ellos y sin excepción con el vivo ejemplo de que no importa la distancia, ni el tiempo, ni las circunstancias, seguimos nuestra amistad y nuestros vínculos son fuertes. De una forma u otra, todos compartimos de una manera u otra, nuestra vida; fuimos creciendo juntos y el puro hecho de convivir día tras día, no nos convirtió en amigos de facto. Hay algo más que no me puedo explicar o es de esas cosa que no quiero una explicación lógica.

Como si existirá algo que hizo que aquellas vidas que se entrecruzaron por muchos momentos y otras veces se vivieran en paralelo, algo nos amaso en una comunidad de historias incrustadas y amalgamadas por una quinta esencia. A todos ellos mi más sincero respeto y admiración. Los atesoro en mi corazón.

A los largo de mi vida, seguiré acumulando amistades y seguiré guardando otras tanto en el archivo. Hoy tengo una serie nueva de amigos que procure que den fruto. Parece una historia interminable de cuentos por contar y vidas por apreciar. 

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