Si hay razones
o si es que de verdad existen razones que la razón no puede entender, una de
ellas es la amistad. En cuestión de amigos es un tema que, aunque me parezca
algo extraño en mi persona, es algo que difícilmente paro en reparar o siquiera
en cuestionar.
Mi abuelo me
enseño que todos somos amigos, y que ya sería el tiempo el encargado que
demostrar si en verdad todos somos amigos o no. Hubo mucha sabiduría en sus
palabras. El tiempo se ha encargado de demostrar que hay vínculos que son
irrompibles y que al contario pase lo que pase se robustece la amistad, a pesar
de las ausencias.
Me ha quedado
muy claro que mis amigos son mis amigos, por motivos muy diversos, pero no
tengo amigos por su credo religioso, ni por su afiliación partidista, ni mucho
menos por sus preferencias sexuales; mis amigos son mis amigos por ser ellos
nada más.
¿Qué me pueden
caer mal en algún momento de la vida? Pues sí, nunca establecimos en pacto de amistad para ser
cómplices incondicionales, ni para solaparnos tonterías, ni para callar
nuestros puntos de vista, solo por no dar motivo a disgusto o discusión. Tal vez nunca ayude a alguien a
levantarse, pero hice todo lo que puede para no dejarlo caer.
Hace unos días
mi generación de preparatorio se reunió para celebrar nuestro 25 aniversario de
haber egresado. Por motivos de salud me fue imposible asistir. Me tuve que
conformar con ver una serie de fotografías que muy amablemente tuvieron varios
la cortesía de compartir a través de la red.
Todos ellos y
sin excepción con el vivo ejemplo de que no importa la distancia, ni el tiempo,
ni las circunstancias, seguimos nuestra amistad y nuestros vínculos son
fuertes. De una forma u otra, todos compartimos de una manera u otra, nuestra
vida; fuimos creciendo juntos y el puro hecho de convivir día tras día, no nos convirtió
en amigos de facto. Hay algo más que no me puedo explicar o es de esas cosa que
no quiero una explicación lógica.
Como si existirá
algo que hizo que aquellas vidas que se entrecruzaron por muchos momentos y
otras veces se vivieran en paralelo, algo nos amaso en una comunidad de
historias incrustadas y amalgamadas por una quinta esencia. A todos ellos mi más
sincero respeto y admiración. Los atesoro en mi corazón.
A los largo de
mi vida, seguiré acumulando amistades y seguiré guardando otras tanto en el
archivo. Hoy tengo una serie nueva de amigos que procure que den fruto. Parece una
historia interminable de cuentos por contar y vidas por apreciar.
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