De la sección amarilla o de una eventualidad

En muchos países, las Páginas Amarillas, se refieren a una guía telefónica para empresas organizadas según el tipo de producto o servicio que ofrecen. Tal y como el nombre lo dice, en la mayoría de los casos la apariencia de las páginas de papel contiene un fondo amarillo.

Las páginas amarillas se suelen publicar en varios tomos de papel, esto depende de la población, cada año y se distribuye de manera gratuita a todos los domicilios y lugares de negocios de una cierta área determinada, pudiendo ser una demarcación, una ciudad o comarca.

La mayoría de los listados se presentan en letra pequeña de color negro. Los editores de las páginas amarillas realizan beneficios mediante los valores añadidos que proporcionan tales como el empleo de una fuente de texto mayor para resaltar, o mediante el empleo de reclamos publicitarios en los listados por categoría. Desde mediados de los años 90’s con la introducción de la impresión mediante cuatro colores los anuncios publicitarios se empezaron a realizar en color.

¿Pero porque las páginas son amarillas?

La primera vez que las páginas amarillas se utilizaron fue en 1883, cuando una impresora en Cheyenne, Wyoming, Estados Unidos de Norte América, trabajando en un directorio telefónico regular se quedo sin papel blanco y utilizo papel amarillo en su lugar. En 1886, Reuben H. Donnelley creó el primer directorio oficial de páginas amarillas con los nombres comerciales y números telefónicos, clasificados por los tipos de productos y servicios que proporcionaban.

Pues así es la triste historia; cuando muchos pensaban que las páginas amarillas eran por cuestión de mercadotecnia, o alguna de esas cosas que usan los publicitas o los gurús de las ventas para llamar nuestra atención, pues no, la historia es más simple que eso.

Hoy es una publicación muy común en muchos países y dichas guías ya se publican en papel amarillo para diferenciar de las páginas blancas que no tienen fines comerciales.

Pues hay les dejo otro dato que solamente va a ocupar un espacio más en su cerebro en la sección de cosas inútiles. Tal vez salga en alguna conversación de café o de borrachos, cosa que realmente decirla no sirve de mucho, pero por lo menos pueden pasar como gente “culta”.