martes, 24 de julio de 2012

De lo no esperado o fuera de mi paz


Ayer como a las 7 de la tarde hubo lo que en un principio se especulaba que había sido una explosión en los pisos superiores de la clínica 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social en Torreón, Coahuila.

¿Y qué tiene de importante este evento? Nadie salió lesionado y por lo que dicen las noticias locales alrededor de unas 450 personas fueron evacuadas del inmueble, no me queda muy claro si todos eran pacientes o una mezcla de pacientes y familiares junto con el personal que labora.

La clínica 71 o la torre de especialidades u hospital de especialidades, como sea que sea el nombre, no tengo realmente muy claro qué tipo de enfermedades o pacientes aloje y otro tipo nos trate de alguna enfermedad. Lo que sé es que por ser un hospital de especialidades va mucha gente y de varios estados de la República.

Por este incidente y por cuestiones de seguridad, pues que cierran el hospital. Para muchos que hoy teníamos ya sea consulta o cualquier cosa que tuviéramos que hacer, nos causo con gran descontrol. Yo por mi parte estuve unos minutos antes de la 7 de la mañana para tratar de entender que iba a pasar con mi cita y con mi tratamiento.

No me puedo quejar del trato, en un edificio anexo, una trabajadora social me guio a una mesa de información, donde había otras tres señoritas; una fila era para los foráneos, otra fila para consultas locales y una tercera fila (donde me canalizaron) era para quimioterapias y cáncer en general. Y solamente tomaron mis datos y muy amablemente me prometieron que tan pronto se regularizara la situación se comunicaban a mi teléfono particular o celular para reprogramar la cita. Todo estaba bien hasta que me surgió una duda ¿de dónde iban a sacar mi número de teléfono? Pues bien, como no creo que la muchacha que me atendió fuera algún tipo de vidente o pitonisa, me regrese con ella para proporcionarle tal información. Gesto que me agradeció mucho, supongo que ante el caos, no se piensa de una manera clara.

Según el parte de la Dirección de Seguridad Publica, personal de la Dirección de Protección Civil  y del Consejo Municipal de Protección Civil Municipal, se trato de un corto circuito general. Al parecer no hay daño estructural, y los vidrios rotos no son limitantes. Esta información salió a la luz pública como a las 9 de la mañana. Espero que todo se restablezca pronto.

Como no hubo más que esperar, pues me regresa a casa. Pero me quede angustiado por la gente que vi. Todos los que vamos a esta mentada clínica 71, todos estamos enfermos de algo, eso me queda muy claro, y todos necesitamos de la asistencia social. Yo no podría pagar mi tratamiento oncológico, son tratamientos que por definición son caros. Pero yo si puedo esperar un día o dos, mucha de la gente que vi esta mañana, no sé si puedan esperar siquiera unas horas para recibir atención médica.

Tengo fe que en el transcurso del día todo se regularice y que aquellas caras de temor y miedo pasen a ser de alivio. Las cosas suceden y los accidentes son eso, meros accidentes que de una forma u otra hay que lidiar con ellos.  En este punto no me queda claro ¿si es por mi misma enfermedad que me siento tan empático con los demás enfermos o son las mendigas inyecciones que me recetaron que me producen algo de ansiedad? Lo más probable es que sea alguna de las dos o la combinación de ambas.

Para mi consuelo, escuche antes de retirarme que estaban esperando una serie de ambulancias para trasladar a los casos urgentes a otras clínicas. Por mi parte yo esperare a ver como fluyen los acontecimientos de hoy.

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