sábado, 21 de julio de 2012

De los impuestos o nada agradable


Según cuenta la historia de nuestro país, los primeros impuestos aparecen en algunos códices aztecas. Según esto el Rey de Azcapotzcalco le pidió tributo a su pueblo a cambio de beneficios en su comunidad; cómo podemos ver ha cosas que no cambian con el tiempo, suena igualito a cualquier historia  de hoy. Había varios tipos de tributos que de daban según la ocasión y según los tiempos, por ejemplo había los de guerra, que eran necesarios para el financiamiento de las luchas contra otros pueblos; los religiosos, que se aplicaban en ocasiones de festejos importantes, haga usted de cuenta que eran los festejos del bicentenario. Para recaudar los impuestos, el gobierno prehispánico contaba con los llamados “calpixquis”, quienes para ser bien identificados portaban una vara en mano y un abanico en la otra. Lo del abanico era para eso de los calores y la vara, pues se los dejo a la imaginación.

Durante la conquista, Hernán Cortés, se dio cuenta del descontento de los pueblos prehispánicos por tener que pagar impuestos, así que como cualquier político pidió la ayuda para acceder al poder prometiéndoles  una mejor calidad de vida y la supresión de los impuestos; no hace mucho acabo de escuchar a un ex-candidato presidencial decir lo mismo. Cortés mando a encarcelar a los calpixquis como seña de que cumplía con sus compromisos, pero resulto pero al final, antes los impuestos se pagaban con flores y frutos, ahora con la llegada de Hernán los pagos se hacían en joyas y piedras preciosas. Y asi los abusos continuaron por parte de los conquistadores, despojando de tierras a los indígenas y haciéndolos pagar por tener vida.

Durante la independencia, no solo la Virgen de Guadalupe, sino también la promesa de la eliminación de impuestos ayudaron a los insurgentes a ganar adeptos. Así que como no la habían hecho antes, no la volvieron hacer, nos creímos la idea de que sin impuestos el gobierno podía subsistir.

Y como si hubiera sido poco llegaron los tiempos de Antonio López se Santa Anna y sus impuestos excesivos. Este tipo tenía muy prodiga imaginación y mayor su ambición. Cobraba un real por cada puerta y cuatro centavos por cada ventana de las casas. También cobraba dos pesos por cada caballo robusto y un peso por cada caballo flaco al mes, y si tenían perros gordos o flacos, cobraba un peso al mes.

Con Porfirio Díaz, duplico el impuesto del timbre, gravo las medicinas y cien artículos mas, y por si acaso, por aquello de la desconfianza cobro impuestos por adelantado.

Los primeros años de la revolución, al igual que lo de la independencia, se dejaron de pagar impuestos, hasta la llegada en 1913 de Victoriano Huerta quien impuso nuevos pagos; gravo fuertemente a los licores, vinos, cervezas, alcohol en general, tabaco y petróleo.

Paso el tiempo y los impuestos iban a venían, aumentaban, los modificaban y así hasta que en 1962 con motivo de las Olimpiadas Mexicanas (1968) surgió el impuesto extraordinario a la Tenencia Vehicular. Este impuesto se empezó a cobrar seis años antes, para eso de tener el dinero suficiente. Ahora lo curioso es México ni siquiera tenia la sede de la olimpiada ya que su candidatura la postulo 11 meses después de aplicar el impuesto.  La olimpiada se realizo que es lo bueno, lo malo que 50 años después se quito la tenencia federal, pero quedo un impuesto similar en mucho de los Estados de la Republica.  

Ya fue mucho para historia de terror por un día. Disfruten su fin de semana. 

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