Aunque no soy
un amante del pasado, si de vez en cuando me tomo mi tiempo para recordar. La marcha
del tiempo sigue y sigue y con ella se va llevando todo lo que puede a su paso.
La erosión de la cultura es probablemente una de las perdidas más grandes que
estamos sufriendo, y lo curioso, como las nuevas generaciones no conocen muchas
tradiciones y tampoco les puede interesar conocerlas, pues no las van a
extrañar.
El canto
cardenche es un género de la música popular mexicana basado en la composición y
la interpretación de canciones únicamente interpretadas con la voz, sin instrumentos
musicales a manera de apoyo como sucede en casi todo el resto de la música popular
mexicana.
Se realiza por
campesinos de las poblaciones de Sapioriz, Durango y la Flor de Jimulco
Coahuila. Aunque parece que ya el único lugar donde se conserva la tradición es
en Sapioriz.
Su nombre proviene
de una cactácea que al penetrar la piel es muy dolorosa y que lastima mucho al intentar
extraerla por tener filamentos pequeños que se aben al sacarla; pues así es el
canto cardenche, son compuestas las canciones e interpretadas con dramatismo y están
llenas de melancolía y usualmente se refieren al mal de amores.
Las canciones
son interpretadas a tres voces a capela, se puede incluir otras dos voces; aquí
hay un pequeño detalle, salvo error u omisión de mi parte, solamente quedan cuatro
personas en Sapioriz que interpretan este canto.
¿Cómo empezó? ¿Quién
sabe? Pero lo único que se, es que muy pronto ya no habrá quien allá en lo
lejos en el campo, dicen que para no molestar, de noche, a la luz de una fogata,
y con la ayuda de “la pastilla” (así le refieren a una bebida alcohólica local
llamada sotol), para que les ayude abrir la garganta; cante sus pesares de
amores y desamores.
Ya
me entro la nostalgia.
Pueblo
que canta no muere.
No hay comentarios:
Publicar un comentario