Una de las frases
que últimamente he escuchado mucho es “dime
que comes y te diré quién eres”. La cultura de la comida en el mundo es tan
variada como lo son los climas, la geografía, la historia, en fin todo lo que
puede influir dentro de la dieta del humano, y más lo que se piensa de la
comida.
Desde que el
hombre puso un pie, o los dos pies porque si no se hubiera caído, hemos tenido
varias actividades innatas para sobrevivir, entre ellas comer y por consiguiente
ir al baño. Comer es una grata costumbre pues sin ella nos hubiéramos muerto de
inanición ya hace mucho tiempo y los que tenemos suerte desarrollamos esta
actividad por lo menos 3 veces al día.
Pero como
todo buen humano hemos complicado mucho el proceso de alimentarnos, el
principio básico sigue siendo el mismo: te da hambre y agarras algo que te provee
la naturaleza; en este caso sería el refrigerador o alguna tienda de
conveniencia, ya que no vamos a cazar ni recolectar, lo masticas ya te lo tragas.
El proceso es de verdad sencillo.
Lo que es
comida para unos es veneno para otros. Dependiendo del país o religión, un
alimento puede llegar a ser un manjar de reyes o algo asqueroso y hasta
pecaminoso. Si por ejemplo andas en México; que por cierto los mexicanos
comemos prácticamente todo lo que nos pongan en el plato, con excepción de
algunas países orientales, México es un país donde los antropófagos le pensarían
en visitar; y se te antoja unos ostiones para empezar la comida por eso del
vigor y le sigues con un buen pedazo de carne acompañado de una cerveza, no
pasa nada. Pero si eres hindú o budista no comes carne, si eres judío ortodoxo
no comes mariscos, y si eres musulmán tienes prohibido el alcohol. Acabas de
ofender a por lo menos 4 religiones.
Pongamos el
cerdo o marrano o chancho o cochi, que lo quieran llamar, es un alimento que
para nosotros es típico y no solo eso del cerdo todo es negocio, se come todo y
se aprovecha el resto, pero para los judíos y los islámicos es un animal
inmundo y está prohibido su consumo
En el
libro Levítico del Antiguo Testamento se establece que los animales limpios son
aquellos que rumian y tienen pezuña hendida, lo malo del cerdo es que no es un rumiante. Otros animales vetados de
la dieta son las aves que no vuelas, como la avestruz y los animales acuáticos
que no nadan como los mariscos.
El cerdo
como prácticamente lo mismo que el hombre y necesita de mucha agua para sus
baños de lodo, el cerdo no suda y los baños de lodo son una forma de disipar el calor corporal. El cerdo
era una disputa real por recursos que los hebreos y la gente del desierto no podía
tolerar.
Resulta
que el alimentarse no es tan sencillo como ir a comer y ya, un sinfín de prohibiciones,
tradiciones y tabúes nos acompañan a la hora de la mesa, aunque es
incomprensible para la mayoría de nosotros, tampoco cuestionamos porque
ingerimos un alimento y no otro. Nuestra cultura define la visión del mundo en
que vivimos y como lo juzgamos, nos da reglas a seguir y no pensar, nos da
normas o supersticiones que se han perdido en el tiempo.
Buen
provecho.
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