Qué bonito es
lo bonito y qué bonito es casi todo. Frase no tan celebre que suelo pronunciar
de vez en cuando el caso lo amerita. Y esta vez me voy a referir al “casi
todo”. Pues así es por lo regular las cosas o las situaciones, que si no son
buenas, tampoco con tan malas, salvo cuando pasa lo que tiene que pasar y al
final no sabemos ni que paso. Ahora ¿Qué pasó? Realmente lo único que paso es
que ya es hora de volver a la realidad, las vacaciones invernales o las navideñas
ya terminaron y es hora de ponerse las pilas y volver a la rutina cotidiana.
El periodo de
asueto fue un espacio por lo menos personal, para poderme desconectar por lo
menos unos días del escenario diario, no completamente porque aún de vacaciones
tengo que cumplir con ciertos rituales que me son indispensables para la
supervivencia, me guste o no tengo que ir al baño, desayunar, comer, cenar,
comer mis colaciones entre las comidas, dormir, volver a ir al baño, esto
último lo hago varias veces al día me lo recomendó el doctor y no es tan malo,
de hecho es bastante sano; además te bañarme, aunque no siempre es obligatorio
y menos de vacaciones, vestirme apropiadamente según el clima, y usar mis
lentes, eso es muy importante y mucho más cuando estoy detrás del volante de un
vehículo motorizado.
Ya tuve
oportunidad de reflexionar, reír, llorar, pasearme, charlar, visitar algo
interesante, embriagarme, tomar un buen café expreso doble y aspirar una
cantidad de humo increíble, ya sea de cigarro de de algún carro o fabrica
manufacturera de manera meramente involuntaria. La verdad fue divertirme, pero
nunca realmente descansar.
Ahora me toca
volver a toparme con todo lo que usualmente hago día tras día. Levantarme
temprano por la mañana, correr de un lado a otro, hablar por teléfono con
desconocidos, estar pegado a una terminal de computadora, comer lo que yo
defino como “comida sana” o por lo menos trato de que así lo sea. Todas esas
cosas que hago a diario, pero no son una molestia, sino algo que hago para vivir
y lo hago con gusto.
Pero también
regreso a un mundo que no quiero, vuelvo al mundo de las malas noticias, donde
los representadores de noticias hablan de cómo que cae el mundo a pedazos con
una sonrisa en el rostro, al mundo de las campañas electorales absurdas, al
mundo que nadie desea, o por lo menos muchos no deseamos ni queremos para
nuestra vida. Vuelvo a los miedos de ser víctima involuntaria y no
propiciatoria de algún delito, o de algo que no siempre se definir, pero
regreso a esos temores de no poder salir de la casa con la tranquilidad de que
todo va estar bien tanto en la calle como en el mismo hogar.
Mi amor fueron muy lindos estos días de vacaciones a tu lado fuera de nuestra vida cotidiana, y el regreso a la realidad de tu mano es ideal! te amo!!
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