miércoles, 26 de octubre de 2011

Del tabaco o de la adicción por el humo

El tabaco, a través del tiempo ha sido consumido por el hombre en múltiples formas; hay quienes lo ingesta como infusiones, lo inhala por la nariz, en polvo en forma de rapé, masticado, fumado en pipa, cigarro o cigarrillo.

Al ser una planta conocida en diferentes partes de América, donde había un gran número de tribus con distintos dialectos, es de suponerse que recibía un nombre particular según la tribu. Los indígenas caribeños le llamaban “cojiba”, ellos utilizaban un aparato de madera hueco en forma de “Y” que le llamaban “tabago”, del que introducían en las fosas nasales la porción en forma de “V”. Los españoles denominaron al cultivo con el nombre de tabaco, debido tal vez a su mala pronunciación, y con este nombre se le denomino en todo el mundo. Los aztecas lo llamaban “yetl”, los nativos de Virginia (EE.UU.) “uppowac”, los de Brasil “petum” y los nativos de algunas partes de las Islas Occidentales le llamaban “yoli”.

Desde la llegada de los españoles a América, descubrieron la curiosa costumbre en los nativos de aspirar el humo de un rollo de hojas que constantemente traían en la boca; costumbre que de inmediato se aficionaron. Conforme crecía la demanda en Europa, este producto fue objeto de restricciones y condenas diversas; la verdad no creo que hayan sido muy efectivas, hablamos de 1555-1560, y estamos en el 2011 y siguen las restricciones y las condenas.

La iglesia católica lo relaciono el tabaco y especialmente el humo con el diablo. Posteriormente se le considero una droga perniciosa relacionada con la vagancia y delincuencia; incluso se le llegó a asociar con asesinatos cortesanos mediante la mezcla de arsénico y rapé. Pero el que no tuvo parámetro fue Pedro el Grande en Rusia, donde la pena por fumar era la amputación de la nariz.

Personajes importantes en la expansión del tabaco: Juan Nicot (de ahí el nombre de nicotina) embajador de Francia en Portugal (1560) quien le envío unos semillas a Catalina de Médicis; el clérigo francés André Thevet (1556), quien envió semillas de Brasil a Francia; en Italia fue introducido por el Cardenal Próspero de Santa Crose (1561); Sir John Hawkins (1565) llevó a Inglaterra el tabaco desde Florida; en España fue Fray Romano Pane quien le envió semillas al Emperador Carlos I; y uno de los más conocidos Sir Walter Raleigh (1584) en Virginia, observo como los indígenas hacían mezclas de tabaco con hierbas, frutos, semillas y cortezas, procedimiento precedente al actual procesamiento del tabaco. Los portugueses lo llevaron a Japón hacia 1573 y a China por la ruta de Corea, y los alemanas hacia 1625 lo difundieron en Alemania, Hungría, Suiza, Austria, Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia. Y eso que era dañino para la salud desde entonces.

Lo que recuerda una anécdota un pobre individuo que preocupado por su salud, va a ver a un licenciado en derecho y le dice:

-He oído que alguna gente ha demandado con éxito a las compañías tabacaleras por causarles cáncer, y los restaurantes de comida rápida por haberlos engordado.

-Así es- confirmo el letrado en leyes humanas

-Muy bien, entonces estoy interesado en una demanda.

-¿Contra las compañías de tabaco o contra las cadenas de comida rápida?

-No. Quiero demandar a las cervecerías, por todas las mujeres feas con las que he dormido.

(Fuente: apuntes de Historia de la Agricultura en México)

1 comentario:

  1. Mi vida!!! como siempre muy interesante y divertida tu publicación!! ahora se por que el nombre a la nicotina y porel por que de nombrar a unos cigarros con la marca RALEIGH!!!

    TE AMO!

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