martes, 11 de octubre de 2011

Del cine o mejor voy solo

A muchos de nosotros nos gusta ver películas en el cine, no en la casa. Ver películas en casa rompe toda la magia y parafernalia del séptimo arte. No hay nada igual que el olor a palomitas recién hechas, un hot dog caliente con hartos condimentos, los dulces, chocolates, un vaso grande de refresco con mucho hielo, en fin muchos vamos aparte de disfrutar del cine, darnos un buen atracón de golosinas. Ya sé que ahora venden crepas y baguetes y otras tonterías que no van el espíritu de la cinematografía.

Ir a una sala de proyección resulta ser un evento donde los solitarios son condenados por la lastima de los demás igual que uno se convierte en motivo de conmiseración para el prójimo. Socialmente es inaceptable que uno vaya al cine solo, de hecho hasta lo ven a uno raro los de la taquilla, siempre esperan como mínimo vender dos boletos por venta.

Pero ir al cine a veces resulta en toda una odisea con no tan buenos resultados. Por eso al cine se va solo o mal acompañado, bueno con una compañía que sepa cómo comportarse todo el tiempo de la proyección del film.

Si quiero ir al cine, pues voy y ya, no pero como no está bien visto hay que invitar a alguien más; pero ¿a quién? Primer problema a resolver ¿con quién voy a ir al cine? Empieza el primer carrusel de llamadas. Ya que uno sabe con quién va a ir, entonces surge la segunda cuestión, ¿a qué hora? Si voy solo, que me importa la hora, pero como voy acompañado, tengo que ponerme de acuerdo con los que dijeron que si iban a qué hora nos podemos ver, segundo carrusel de llamadas.

Parece que todo va bien, ya sé con quién voy a qué hora, pero falta algo más, ¿a qué cine vamos a ir? Tercer carrusel de llamadas, si fuera yo solo voy al cine que mas me guste o me quede cerca o lo que sea, al fin voy solo, pero como voy con compañía, tengo que contratar una encuestadora para levantar un consenso y saber a dónde vamos.

Ya brincamos los primeros obstáculos, ya sé con quién voy, a qué hora y a que cine. Entonces surge la siguiente cuestión; siempre de los siempre hay por lo menos un tarado que llega tarde. Entonces hay que esperar a que todo mundo llegue.

No sé el porqué, pero este evento del cine en manada se da los miércoles que el cine es o más barato o está al 2 X 1. Luego entonces hay más gente de lo que uno espera. Suponiendo que ya llegaron todos, viene la pregunta obligatoria ¿Qué película vamos a ver? En este punto surge el tarado no. 2, y dice “Alguna que nadie haya visto”: Si nadie ha visto la película es porque es mala, no hay vuelta de hoja, por eso nadie la ha visto, tarado. Pero como todos somos amigos, nadie dice nada.

Una vez que se compran los boletos, de la nada se desparecen varios porque o van de último momento al baño o están haciendo fila para comprar palomitas. Así que unos entran antes que otros para apartar lugar, pero como es miércoles y somos varios y todos nos queremos sentar juntos; los únicos asientos para estar juntos son las primeras filas donde sabes que te va a doler el cuello después de dos horas de estar viendo la pantalla.

Las luces se apagan y empieza la película, pero hay que esperar al tarado no. 3 que se quedo en la fila de la dulcería.

Ya todos juntos y sentados uno al lado del otro, empieza la danza de las golosinas, refrescos para un lado, palomitas para el otro. Esto usualmente dura poco, pero la estúpida parejita de adolescentes que te no tuvieron para pagar un motel y van al cine porque es todo el dinero que tienes empiezan con su muestras de amor o de calentura en público.

Por favor no vayan al cine con alguien que no han visto en algún tiempo, mejor vayan a una cafetería.

Y cuando uno se resigno a todo lo anterior, surge tarado no. 4 con su pregunta ¿Qué dijo? También pueden decir ¿Qué paso? Pues ponga atención, estamos viendo lo mismo, supongo. Y ya para terminar la noche al final de la película una vez que se abren las puertas y se enciende la luz, todos se transforman en críticos de cine. Que si la fotografía, la iluminación, los diálogos, la actuación, ya por Dios.

Por eso al cine uno va solo o mal acompañado.

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