Del papel higiénico o de un invento muy bueno

Joseph C. Gayetty, y ¿este tipo quién diablos es? Pues es ni más ni menos, según los records oficiales, que no me consta apero los voy a dar por buenos, es el estadounidense que se le atribuye la invención del papel higiénico, o rollo higiénico, papel de baño, papel sanitario o papel toilette, como sea que le quieran decir, al final sirve para lo mismo.

El primer papel comercializado para inodoro fue en 1857, que originalmente se vendió por 0,50 dólares EE.UU. en paquetes de 500 que llevan una marca de agua de su nombre. El producto original contenía aloe como un lubricante (cosa muy conveniente, porque los primeros papeles no eran muy suaves) y se comercializó como un anti-hemorroides producto médico.

Aunque no es un tema de conversación en los cafés y como para charlar muy ameno con los amigos, el papel de baño cumple con la función, no muy agradable, de la limpieza anal y genital, además de ser usado como pañuelo desechable y otras funciones más. Ni modo alguien tenía que limpiar nuestros desechos.

El papel suele estar diseñado para que se descomponga en contacto con el agua, al contrario de las toallas de papel  para las manos, en algunos casos se elaboran papeles especiales para no dañar o atascar las fosas sépticas.  

Las ventajas de papel higiénico son la facilidad e intuitivo de usar, bastante absorbente, y se puede tirar de la cadena tras su uso en la mayoría de países en los que el papel higiénico es común y muy recomendable, así no andan volando los papeles con materia fecal por las calles y tampoco los olemos ni mucho menos respiramos. La mayoría de los sistemas de drenaje y alcantarillado, incluidos los tanques asépticos, puede aceptar papel higiénico junto con excrementos humanos. En muchos casos, se utiliza papel higiénico colocado en una lata o cesto de la basura junto al retrete si la fontanería o sistema aséptico no pueden hacer frente con papel higiénico. Equivocadamente el papel sucio puede ser un grave error de etiqueta independientemente de la cultura.

Hemos pasado mucho desde las hojas de lechuga y agua, hasta nuestros días. Así que la próxima vez que este muy tranquilo sentado en el baño y termine de hacer sus necesidades, dele gracias a Joseph, que tal vez estando en la misma posición que usted, se le ocurrió una idea muy limpia.