La imagen no
lo es todo, pero cuenta más de lo que nos gusta. Es cierto que una buena imagen
no te va abrir todas las puertas del éxito, pero una imagen desalineada sí te
va a cerrar muchas oportunidades. De una forma inconsciente y muchas veces mas consiente,
todos los días juzgamos a las personas
por su apariencia, y al mismo tiempo nos están juzgando, este juego es de dos
vías.
Ok, tal vez el
exterior no es lo más importante, pero en un mundo de percepciones, la imagen
que se proyecta y más en el mundo profesional, influye tanto de manera positiva
como negativa; aquí la opción es personal.
Además de
las habilidades técnicas y de conocimiento, las organizaciones dan mucha
importancia a la hora de crear una imagen institucional sólida, a la forma en
que la persona se vista, ponga atención en su arreglo personal (maquillaje,
cabello y manos) y proyecte el aplomo y seguridad en sí misma.
No basta más que unos treinta segundos para causar impacto en las
personas; cuando un posible empleador te mira y piense en ti como una potencial
fuerza de trabajo tendrá que tomar en cuenta: tu personalidad, tu habilidad
para competir, tu nivel de educación, tus buenos modales, sentido del humor, raíces culturales
y el grado de confianza que inspira tu persona.
Mucho para solamente treinta segundos, así que todos tus diplomas y títulos
y papelitos pasan a un segundo término; cruel pero cierto. En treinta segundos
la gente se formara una idea de tu persona, basada en tu apariencia, no en tus
conocimientos.
De aquí el arte del engaño, si envías un mensaje positivo, la persona en
frente de ti asumirá que otros aspectos en ti también son positivos; doblemente
cruel. Ahora que si eres el próximo Einstein, pero mandas un mensaje negativo,
a un posible empleador, compañero de trabajo, un cliente nuevo, jamás obtendrá el
trabajo o cerraras un trato.
¿Muy superficial o negativo? La verdad sí, el mundo real no va esperar a
conocerte; no tiene tiempo de conocerte como persona, para eso tienes a tus
padres y a tus amigos o hermanos que te conocen y te valoran como persona; en
un mundo laboral o empresarial, los buenos sentimientos se tienen que guardar
en un baúl.
Tampoco porque seas un niño o niña bonita te van a dar el gran trabajo,
ni todos te van a rendir y se te van a abrir las puertas del éxito. Vas a encontrar en el mundo muchas historias
de éxito de gente que no tuvo que
depender de su apariencia física para obtener el éxito, estos casos son los
menos, no te engañes.
Ahora hay cosas muy sencillas que puedes hacer, no necesariamente tienes
que tener el gran guardarropa o las grandes marcas; y esto va en serio, un buen
baño, bien peinado, con ropa limpia y planchada, el cabello alineado, calzado
limpio, pueden hacer grandes diferencias. Por cierto no presumas tus tatuajes y
tus perforaciones corporales, usualmente a nadie le importan.
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