Siempre o por
lo menos casi siempre el propósito de abrir la boca es, además de respirar,
decir algo por lo menos, si no es inteligente, si algo congruente. Algo que
tenga y que vaya con la razón y con el sentido común; pero resulta del sentido común
es el menos común de los sentidos.
Ya no entiendo
estos tiempos modernos; nada parece ser constante y es la única constante que
parece perdurar. Todo cambia y no tengo el tiempo para adaptarme a todos y cada
uno de los cambios que la vida actual me propone como un nuevo estilo de vida.
¿Dónde quedo
aquella vida sencilla que era el modelo a seguir para muchos? Donde lo suficiente
era lo exacto para vivir bien y los lujos eran desdeñados por no representar
algo vital en la vida.
¿Dónde quedo
aquella capacidad de admiración y de indignación que nos hacia movernos por las
causas justas? Confundimos lo banal con lo esencial y siempre andamos ocupándonos
de lo urgente y nunca atendemos lo importante.
Para mí se me
sigue haciendo más que increíble poderme ver al espejo y pensar que dentro de
cada átomo de mi cuerpo hay un ínfima partícula que fue parte original de hace aproximadamente 13,7 ± 0,2 miles de millones de años, que es
lo que se calcula que tiene de edad el universo después de la Gran Explosión. Que
dentro de mis partes subatómicas hay algo del cuando no había ni tiempo ni
espacio. Y puede haber por mis venas algún vestigio de materia oscura fría o
materia obscura caliente o de materia bariónica y que me puede atravesar la
antimateria en todo momento, es un pensamiento más que emocionante.
Soy polvo cósmico original. Y que protones y neutrones se combinaron
para formar los núcleos de deuterio y
de helio, en un proceso
llamado núcleo síntesis primordial. Al enfriarse el
Universo, la materia gradualmente dejó de moverse de forma relativista y su
densidad de energía comenzó a dominar gravitacionalmente sobre la radiación. . Pasados 300.000 años, los electrones y los núcleos se combinaron para formar los átomos (mayoritariamente
de hidrógeno). Por eso, la
radiación se desacopló de los átomos y continuó por el espacio prácticamente
sin obstáculos. Ésta es la radiación de fondo de microondas. Y así sucesivamente hasta llegar al día
de hoy pasando por todas y cada uno de las teorías que la mente humana ha
podido crear.
No sé si existe Dios y tal vez no lo voy a poder comprobar,
si existe o no, pero no importa. Pero aún aunque no exista no importa, nada me
quita que me toco ver este mundo y esta vida tan maravillosa.
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