jueves, 22 de marzo de 2012

De algo o de otra cosa


Siempre o por lo menos casi siempre el propósito de abrir la boca es, además de respirar, decir algo por lo menos, si no es inteligente, si algo congruente. Algo que tenga y que vaya con la razón y con el sentido común; pero resulta del sentido común es el menos común de los sentidos.

Ya no entiendo estos tiempos modernos; nada parece ser constante y es la única constante que parece perdurar. Todo cambia y no tengo el tiempo para adaptarme a todos y cada uno de los cambios que la vida actual me propone como un nuevo estilo de vida.
¿Dónde quedo aquella vida sencilla que era el modelo a seguir para muchos? Donde lo suficiente era lo exacto para vivir bien y los lujos eran desdeñados por no representar algo vital en la vida.

¿Dónde quedo aquella capacidad de admiración y de indignación que nos hacia movernos por las causas justas? Confundimos lo banal con lo esencial y siempre andamos ocupándonos de lo urgente y nunca atendemos lo importante.

Para mí se me sigue haciendo más que increíble poderme ver al espejo y pensar que dentro de cada átomo de mi cuerpo hay un ínfima partícula que fue parte original de hace aproximadamente 13,7 ± 0,2 miles de millones de años, que es lo que se calcula que tiene de edad el universo después de la Gran Explosión. Que dentro de mis partes subatómicas hay algo del cuando no había ni tiempo ni espacio. Y puede haber por mis venas algún vestigio de materia oscura fría o materia obscura caliente o de materia bariónica y que me puede atravesar la antimateria en todo momento, es un pensamiento más que emocionante.

Soy polvo cósmico original. Y que  protones y neutrones se combinaron para formar los núcleos de deuterio y de helio, en un proceso llamado núcleo síntesis primordial. Al enfriarse el Universo, la materia gradualmente dejó de moverse de forma relativista y su densidad de energía comenzó a dominar gravitacionalmente sobre la radiación. . Pasados 300.000 años, los electrones  y los núcleos se combinaron para formar los átomos (mayoritariamente de hidrógeno). Por eso, la radiación se desacopló de los átomos y continuó por el espacio prácticamente sin obstáculos. Ésta es la radiación de fondo de microondas. Y así sucesivamente hasta llegar al día de hoy pasando por todas y cada uno de las teorías que la mente humana ha podido crear.

No sé si existe Dios y tal vez no lo voy a poder comprobar, si existe o no, pero no importa. Pero aún aunque no exista no importa, nada me quita que me toco ver este mundo y esta vida tan maravillosa.


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