¿Por qué tengo que cambiar? Hasta ahora todo lo que hago, lo hago bien, o
por lo menos de eso presumo. ¿Cuándo se había visto que un alumno hiciera un
pacto con un maestro para comprometerse a estudiar? ¿Qué no se supone que
vienen los jóvenes a estudiar y seguir el mandato divino del profesor? ¿A qué
obedece todos estos cambios?
Pasan los días y las sesiones del semestre y creo entender que hay un mundo
nuevo aún inexplorado por encontrar. Y sigue y sigue el tiempo, no perdona, y
no termino. Estudie todo la vida escolar en sistemas enseñanza diferentes, al
final no aportan más que dudas y conflictos personales. Todo lo que sé, no me
sirvió al final para nada, bueno solamente para entender que no me sirvió para
nada.
Ya me duele la cabeza, tomo una aspirina, luego un ibuprofeno y hasta un
paracetamol, y no me deja de doler. Me recuerda al mar, esto me marea. Mátenme porque
me muero, ahora sí, mátenme porque no puedo, diría un afamado grupo de rock
nacional.
No todo tiempo pasado fue mejor, ahora eso me queda muy claro. Pero tampoco
todo tiempo actual es malo.
Romper la inercia requiere de una energía mayor a mi pereza mental para
poner una maquinaria obsoleta a trabajar. Le pediré a los dioses que hagan algo
urgente, pero hoy no, tal vez mañana. Hoy resulta ser un no buen día para nada,
apenas es martes y ya se me hizo larga la semana, de hecho el lunes a las 9 de
la mañana ya se me había hecho larga la semana.
La apertura al cambio requiere de algo más que solamente buena voluntad. Tiempos
van, tiempos vienen. Todo en movimiento y constante cambio, y si la premisa es
la permanente del estado inconsciente del tiempo y del espacio, entonces ¿Por
qué me siento tan atorado?
Ahora sí que esta enfermedad ni con un valium. Ya no puedo seguir hoy, les
dejo lo que resta de mis pensamientos con una última reflexión por el día de
hoy: mejor cada quien que piense lo que sea, porque lo soy yo, me quede sin
nada inteligente que decir.
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