Al día de hoy es innegable la
importancia de los medios electrónicos en nuestra vida, son un maravilla y como
seres humanos hemos aprendido el uso, el mal uso y el abuso de estos medios
para entender el mundo y lo más importante a estar en contacto con literalmente
todo el mundo o lo más cercano a esto.
Pero siempre hay que recordar que son
un medio, cuando alguien los utiliza como un fin en si mismo y les da una
importancia que no tienen, cuando prefieren la comunicación virtual en vez de
un abrazo y mirar la pantalla en vez los ojos, lo virtual desvirtúa lo que es realmente
importante.
El contacto se hace con el cuerpo, no
con mensajes en el chat o ideas en algún muro de una red social. Cuando ponemos
el alma una relación, cuando en verdad nos interesan las personas, cuando nos
interesa la vida, lo cotidiano, la vida tal vez monótona de los demás, es
cuando hacemos contacto. Sin el cuerpo sería inútil todo lo anterior, el cuerpo
es el instrumento de contacto.
Los medios, las
computadoras, los teléfonos móviles celulares, los mensajes, y nuestra
estructura social en general, hacen que el contacto real se desfigure y que no
se dé el encuentro entre las personas, sino entre los medios o entre intereses.
El reto es volver a poner las cosas en su sitio y que los medios sigan siendo
medios y no los convirtamos en fines, para ello tenemos que hacer un ejercicio
de conciencia cotidianamente. La clave está en darnos cuenta de lo que estamos
viviendo en cada momento y de lo que queremos expresar.
Para este momento yo sé que varios de
ustedes, y los más jóvenes, han de estar pensando que soy un anticuado, viejo,
decrepito, obsoleto que no entiendo la modernidad y que todo lo que he dicho no
son más que palabras vacías para poder llenar un espacio personal. Tal vez todavía
no descubren la grandeza de mis palabras.
No podemos prescindir del contacto
humano, aunque vivamos en un mundo rodeado de máquinas y de artefactos que
brillan y suenan y parpadean y cosas así. Nada, y todavía no lo inventen ni lo habrá
jamás, nada, pero nada puede suplir el contacto humano y lo sentimientos que
éste provoca.
Jamás se podrá comparar el hecho de
tomar la mano de un gran amor, y sin decir palabra alguna, verse a los ojos; la
inmensa cantidad de emociones y sentimientos que esto provoca llega a ser
indescriptible. Hay que tomar en cuenta que las personas siempre son los más
importantes, nunca las cosas, y por lo tanto las cosas son las que se usan, y a
las personas se aman.
El acercamiento entre las personas de
debe de dar en el plano del esfuerzo y la tolerancia, el dialogo, la esperanza;
pero advierto es un proceso que cuesta trabajo, pero que vale la pena intentar.
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