martes, 15 de mayo de 2012

Del día del Maestro o que hicimos


Otro día estivo mas y otro día donde la mayoría de los estudiantes, por una sin razón, pierden horas clase y gana horas de vagancia, acumulan tiempo de televisión y aumentan su acervo cultural en videojuegos., si otro día bonito laboral que lo convertimos en una pachanga y chunga.

Mi labor como docente, que es un tanto cuanto de manera azarosa la forma de inclusión al sistema educativo, siempre me ha sorprendido para bien y muchas tantas veces para mal. Cuando empecé este apostolado me solían llamar profesor, pero el algún momento del camino, se empezaron a bombardear con una serie de motes como maestro, docente, facilitador,  guía, educador, catedrático, mentor, pedagogo, instructor, y al final yo sigo siendo el mismo pelado, nada más que con mas nombres.

He pasado de ser el gran Maestro, conocedor de casi todo en el universo, venerado y respetado, condecorado y honrado por mis congéneres y educandos, a un simple empleado de la educación; baje al escaño más profundo del escalafón. De gran eminencia al pobre austero asalariado burócrata lúdico. La visión cambio junto con el mundo.

Ahora nos hacen parecer meretrices de un sistema que exige la producción masiva de profesionistas. Vomitamos trabajadores no calificados, en la mayoría de los casos, a un mercado laboral que es poco exigente con la inteligencia, pero demandante con las faenas.

La educación de hoy debería de haberse planeado hace unos 20 años atrás. Lo vuelvo a decir como muchas otras veces lo he dicho ¿Cómo preparar a mis alumnos hoy, para que tengas las respuestas a preguntas que todavía no existen? Sigo con un hueco en el estomago al pensar lo que realmente ha sido mi labor.

No cumpliremos a la promesa de forjar un futuro para nuestro país; no será a través de la educación de estos tiempos, ni con las políticas actuales.

Seguiré desde mi trinchera batallando, mas parece un guerra de guerrillas, donde cada quien de manera individual, a veces aislada y desarticulada hace por sobrevivir.

Hoy no puedo asegurarle a ninguno de mis alumnos que la educación va a ser la respuesta, lo que si les puedo asegurar, es que una mala educación, sí les va a cerrar muchas. 

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