Otro día
estivo mas y otro día donde la mayoría de los estudiantes, por una sin razón,
pierden horas clase y gana horas de vagancia, acumulan tiempo de televisión y
aumentan su acervo cultural en videojuegos., si otro día bonito laboral que lo
convertimos en una pachanga y chunga.
Mi labor como docente,
que es un tanto cuanto de manera azarosa la forma de inclusión al sistema
educativo, siempre me ha sorprendido para bien y muchas tantas veces para mal. Cuando
empecé este apostolado me solían llamar profesor, pero el algún momento del
camino, se empezaron a bombardear con una serie de motes como maestro, docente,
facilitador, guía, educador, catedrático,
mentor, pedagogo, instructor, y al final yo sigo siendo el mismo pelado, nada más
que con mas nombres.
He pasado de
ser el gran Maestro, conocedor de casi todo en el universo, venerado y
respetado, condecorado y honrado por mis congéneres y educandos, a un simple
empleado de la educación; baje al escaño más profundo del escalafón. De gran
eminencia al pobre austero asalariado burócrata lúdico. La visión cambio junto
con el mundo.
Ahora nos
hacen parecer meretrices de un sistema que exige la producción masiva de
profesionistas. Vomitamos trabajadores no calificados, en la mayoría de los
casos, a un mercado laboral que es poco exigente con la inteligencia, pero
demandante con las faenas.
La educación de
hoy debería de haberse planeado hace unos 20 años atrás. Lo vuelvo a decir como
muchas otras veces lo he dicho ¿Cómo preparar a mis alumnos hoy, para que
tengas las respuestas a preguntas que todavía no existen? Sigo con un hueco en
el estomago al pensar lo que realmente ha sido mi labor.
No cumpliremos
a la promesa de forjar un futuro para nuestro país; no será a través de la educación
de estos tiempos, ni con las políticas actuales.
Seguiré desde
mi trinchera batallando, mas parece un guerra de guerrillas, donde cada quien
de manera individual, a veces aislada y desarticulada hace por sobrevivir.
Hoy no puedo
asegurarle a ninguno de mis alumnos que la educación va a ser la respuesta, lo
que si les puedo asegurar, es que una mala educación, sí les va a cerrar
muchas.
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