De tus ojos o del engaño del reflejo

Me gusta ver tus ojos verdes. Aun cerrados me gusta verlos, porque sé que pronto los volverás abrir. Me gusta verte parpadear, cada vez que los haces te brillan mas los ojos. Tus ojos me hablan, me susurran y se funden sus palabras con todo lo que me rodea, me marea, me  estruja, me olvido, me trastorna.

Y tú te quedas impávida viéndome como si nada pasara. Me preciosa muñequita, sigues siendo la razón de mis motivos, de mis sinrazón y ve mis desvaríos. Y sigues viéndome con tus ojos verdes sin moverte. Eres como el océano bajo la luna, la breve brisa podrá mover tus cabellos, pero tus ojos no se mueven.

No dejas de deslizar tu mirada por el universo, me gustan tus ojos verdes. Despacio, suave, lento, me dejas caer tu mirada en mi vida. Yo daría mi mundo por tus ojos, que podrían ser de impasible Mona Lisa o candente Maja de ojos moros. Creo que solamente juegas con conmigo.

Sincronizas tu mirada con el resto de tus movimientos con tus ojos. Fría, calculadora, tranquila, porque tú eres suave. Cada respiro, cada palabra tus ojos me repiten tu nombre. Dame tu amor, hazlo real, o déjame olvidarme de todo esto.

Me desesperas, hasta podría cambiar de amino por tus ojos. El mundo se vuelve lento y suave,  algo tardo y demasiado dócil, y todo por ver tus ojos verdes. Ya no veas ojos claros.

Y hasta cuando llueve en tus ojos, no me dejan de gustar. Tus lágrimas no dejan de ser apacibles y al final me terminan por hipnotizar. Me gustan tus ojos verdes.