Este es el
tercer o cuarto intento de escribir algo para el día de hoy. Nada me llena y
sigo intentando y lo vuelvo hacer y nada mas no parecen fluir las ideas. Así
que decide escribir lo las dificultades del día de hoy de no poder escribir.
Usualmente apunto
en algo papel, por lo regular son servilletas de alguna cafetería, los temas
que voy a abordar; ahora si no tengo ni idea, escribo y escribo y nada aparece.
Letras y más letras que no dicen nada.
Ya intente
cambiar de escenario, pero es algo difícil llevarme la computadora a otra parte
de la casa, una porque no tengo conexión para la computadora grande o no llega
la señal del internet a toda la casa. Ya
respire profundamente y me mareo tanto oxigeno. No quiero hacer otra actividad
porque me voy a quedar haciendo cualquier otra cosa y no voy a terminar nunca, además
tengo otras obligaciones. Intentaría algo de yoga, pero no sé nada de eso y no
voy a aprender algo ahorita que me va a causar conflicto. Comí algo de miel de
abeja, el único problema es que de aquí a que llegue la glucosa a mi cerebro ya
no voy estar frente al teclado. ¿Leer para distraerme? No funciona, no para
este caso y menos cuando tengo el tiempo encima.
Nada parece
funcionar, y lo único que voy a terminar es por reprocharme que no tenga idea
de lo que estoy haciendo y me voy a pelear conmigo mismo. Hasta eso, no me
golpeo solo me grito un poco al espejo. No, no me voy a regañar a mí mismo,
para eso tuve padres, maestros y jefes que han dedicado parte de su vida a
guiarme o realmente a perder el tiempo diciéndome una sarta de cosas que ni me
acuerdo y tampoco me importaron mucho.
Como no tengo
nada que decir y ya me aburrí, voy a descansar un rato. Le seguiré intentando una
y otra vez más. Ahora viéndolo del lado amable, ya tengo un par de escritos
empezados.
Ya se me seco
el cerebro. Bien me decía mi mamá que tantas horas frente al televisor viendo
caricaturas o jugando video juegos iban a tener sus consecuencias el algún
momento de mi vida. Pero cuando uno es
niño, nada de esas cosas importan.
Ahora que si
me quiero escuchar algo intelectual, digamos que estoy padeciendo un fenómeno psicológico
temporal, dirían mis “colegas” escritores, un bloqueo del escritor. Esas son
mamarrachadas, no tengo la inspiración creativa obstruida, estoy cansado y lo único
que requiero es desconectar mi cerebro de este mundo por un momento. Eso digo yo.
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