miércoles, 30 de mayo de 2012

De las elecciones o de otra forma de entenderlas


Estamos a prácticamente un mes de celebrar elecciones presidenciales en México; caso que se hace cada seis años, y para ser cada seis años siempre deja rencores y sinsabores que perduran más allá de las generaciones. Las recordaremos según hayan sido nuestras preferencias.

Hablar de política siempre lleva consigo un carga emocional, es inevitable tener filias y fobias; y esa es la parte que a mi persona más le gusta de la campañas electorales; la  aparte mera y puramente visceral, donde son los sentidos que mandan y no la razón. Ahora eso de la razón y la política no siempre, o en la mayoría de los casos, no son compatibles.

Veamos pues como entender las campañas electorales desde otro punto de vista.

Las campañas políticas son un proceso de persuasión, punto, no hay mas, y el fenómeno más claro de persuasión es el enamoramiento. Habrá que precisar que el enamoramiento no tiene nada que ver con el amor. Son objetos muy diferentes y no son consecuencia uno del otro.

Para el mejor entendimiento hay que ver o plantear las situaciones desde un punto de vista cómodo, por eso hay que verlo desde una perspectiva personal y de vivencias cotidianas. Claro esto es para el ciudadano común que no tiene el tiempo para andar analizando todo a cada momento.

De primera instancia haga usted de cuenta que el candidato al puesto de elección popular es como un pretendiente o un enamorado. Esto es más fácil para las mujeres, pero sigamos, lo primero que se le ve al posible padre de sus hijos es que bien o mal se ve; este mundo es físico y no podemos evitarlo. Siempre vamos a preferir la belleza porque la inteligencia no se nota. En este momento no podemos saber que si el próximo novio es buena gente o tiene alguna intención oculta.

La única intención oculta que puede tener es como todos, todo mundo le quiere bajar los calzones a alguien, entonces porque creen que los muchachos nos portamos muy amables y caballerosos y regalamos dulces y flores, para obtener algo, que por lo regular se traduce en sexo. En el caso de los candidatos es el voto.

Las campañas no son tan largas y no tenemos y tampoco nos dan tanta información para saber si otro candidato es el mejor. Lo buena gente no sale en las fotos ni se refleja en el espejo. Este mundo es físico y no hay nada para que se pueda hacer para cambiarlo.

Muchas veces hemos tenido una mala elección por que nos gana la lujuria o el deseo o simplemente nos gusta la facha, el cuerpo de alguien. Ahora tampoco los feos son tan buenas gentes.

Siempre queremos ver plasmados nuestros deseos en un líder y una de nuestras pocas herramientas es la sensorial. Vemos y tratamos de percibir con nuestros sentidos si la persona que vamos a elegir para guiar nuestro camino es la correcta. Es un albur porque solo y una vez que la persona esté sentado en la silla presidencial sabremos cómo es realmente.

Tampoco se espanten él lo mismo que casarse, pueden pasar años y felices días y nunca terminamos de conocer a la pareja. El único detalle es que en el caso del Presidente es un matrimonio temporal y habrá que volver a enamorarse de alguien más para volver a intentar un nuevo matrimonio.

Es algo así, es mucho más extenso, pero esa es la idea.

1 comentario:

  1. Ay por Dios!, tuve un deyabu a 6 anios atras!!, jajaja nada mas que en el caso de Mexico se tiene que votar por el menos "peor" por asi decirlo.
    La verdad estoy super desilucionada de los 4 poderes de nuestro pais y de los partidos politicos, todos son un asco que no piensan en como sacar a. Mexico en el hoyo que se encuentra, si no de como undirlo mas. He dicho...=@

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