Estamos a prácticamente
un mes de celebrar elecciones presidenciales en México; caso que se hace cada
seis años, y para ser cada seis años siempre deja rencores y sinsabores que
perduran más allá de las generaciones. Las recordaremos según hayan sido
nuestras preferencias.
Hablar de política
siempre lleva consigo un carga emocional, es inevitable tener filias y fobias;
y esa es la parte que a mi persona más le gusta de la campañas electorales; la aparte mera y puramente visceral, donde son
los sentidos que mandan y no la razón. Ahora eso de la razón y la política no
siempre, o en la mayoría de los casos, no son compatibles.
Veamos pues
como entender las campañas electorales desde otro punto de vista.
Las campañas políticas
son un proceso de persuasión, punto, no hay mas, y el fenómeno más claro de persuasión
es el enamoramiento. Habrá que precisar que el enamoramiento no tiene nada que
ver con el amor. Son objetos muy diferentes y no son consecuencia uno del otro.
Para el mejor
entendimiento hay que ver o plantear las situaciones desde un punto de vista cómodo,
por eso hay que verlo desde una perspectiva personal y de vivencias cotidianas.
Claro esto es para el ciudadano común que no tiene el tiempo para andar analizando
todo a cada momento.
De primera
instancia haga usted de cuenta que el candidato al puesto de elección popular es
como un pretendiente o un enamorado. Esto es más fácil para las mujeres, pero sigamos,
lo primero que se le ve al posible padre de sus hijos es que bien o mal se ve;
este mundo es físico y no podemos evitarlo. Siempre vamos a preferir la belleza
porque la inteligencia no se nota. En este momento no podemos saber que si el próximo
novio es buena gente o tiene alguna intención oculta.
La única intención
oculta que puede tener es como todos, todo mundo le quiere bajar los calzones a
alguien, entonces porque creen que los muchachos nos portamos muy amables y
caballerosos y regalamos dulces y flores, para obtener algo, que por lo regular
se traduce en sexo. En el caso de los candidatos es el voto.
Las campañas
no son tan largas y no tenemos y tampoco nos dan tanta información para saber
si otro candidato es el mejor. Lo buena gente no sale en las fotos ni se
refleja en el espejo. Este mundo es físico y no hay nada para que se pueda
hacer para cambiarlo.
Muchas veces
hemos tenido una mala elección por que nos gana la lujuria o el deseo o
simplemente nos gusta la facha, el cuerpo de alguien. Ahora tampoco los feos
son tan buenas gentes.
Siempre queremos
ver plasmados nuestros deseos en un líder y una de nuestras pocas herramientas
es la sensorial. Vemos y tratamos de percibir con nuestros sentidos si la
persona que vamos a elegir para guiar nuestro camino es la correcta. Es un
albur porque solo y una vez que la persona esté sentado en la silla presidencial
sabremos cómo es realmente.
Tampoco se
espanten él lo mismo que casarse, pueden pasar años y felices días y nunca
terminamos de conocer a la pareja. El único detalle es que en el caso del
Presidente es un matrimonio temporal y habrá que volver a enamorarse de alguien
más para volver a intentar un nuevo matrimonio.
Es algo así, es
mucho más extenso, pero esa es la idea.
Ay por Dios!, tuve un deyabu a 6 anios atras!!, jajaja nada mas que en el caso de Mexico se tiene que votar por el menos "peor" por asi decirlo.
ResponderEliminarLa verdad estoy super desilucionada de los 4 poderes de nuestro pais y de los partidos politicos, todos son un asco que no piensan en como sacar a. Mexico en el hoyo que se encuentra, si no de como undirlo mas. He dicho...=@