viernes, 11 de mayo de 2012

De la gratitud o de corresponder


Debe de haber un sinfín de motivos por los cuales hay que dar gracias y sentirse agradecido con la vida y con todo y todos los que nos rodean. Solamente que hay momentos en la línea de existencia que no tenemos memoria de lo importante que es el sentimiento de gratitud.

Muchos celebramos y damos gracias en ocasiones especiales, como en los cumpleaños. ¿Pero tiene que pasar todo un año? ¿Por qué no celebrar cada amanecer? Cada vez que hay un suceso ordinario y no extraordinario.

Todo lo que se nos dio de manera gratuita lo terminamos por desdeñar y desechar sin darle importancia alguna. Amores, agua, tierra, aire, vida,  todo lo que se nos dio gratis no lo estamos acabando con el ambiente, pero como es gratis, no nos importa.

Ya hace algunos años, mi abuelo, viejo sabio por lo vivido, me dijo: “M´ijo, el día que paguemos por una botella llena de agua, ese día se va acabar el mundo. Porque lo que sigue es pagar por el aire que respiramos.”  Llego el día de pagar por agua embotellada, no falta mucho para pagar por aire limpio.

La gratitud es un sentimiento de reconocimiento de un beneficio que se ha recibido o recibirá. Y no se confunda el sentimiento de gratitud con deuda moral. Aunque ambas se producen al recibir una ayuda, la deuda moral se produce cuando una persona percibe que tiene la obligación de compensar dicha ayuda. Las dos emociones conducen a diferentes acciones, la de deuda moral puede motivar a los receptores de la ayuda a evitar a la persona que les ha ayudado, mientras que la gratitud puede motivar al receptor a buscar a su benefactor y mejorar su relación con él.

Mejores nuestra relación con nuestro benefactor la Tierra, no vamos a tener a donde más irnos. El planeta Venus está muy caliente y Marte muy frio, todos los demás planetas están demasiado lejos. El mundo es un organismo vivo que los estamos enfermando; nos comportamos como virus, matamos al huésped que nos hospeda; no hemos podido aprender a vivir en simbiosis. No hay capsula de escape, y para los que crean que algún tipo de inteligencia superior existe, pues les tengo una noticia, si realmente son inteligentes, no nos van a salvar, ¿Quién quiere a unos bichos que destruyen todo? Por eso son inteligentes No somos más que garrapatas en la espalda de un perro, succionando sangre para nuestro beneficio. A nadie le gustan las garrapatas.

Así como nosotros vamos a un médico para que nos dé un antibiótico para deshacernos de la biota indeseable, la Tierra tarde que temprano nos va aplicar su medicina. Y si me preguntan a mí, el tratamiento ya empezó desde hace tiempo.

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