sábado, 19 de mayo de 2012

De mujer triste o de la calle


Alevilla que vuelas girando en torno de una lámpara de neón. Vives la vida esperando a que algún gandul tenga ganas de amor. Indolente cliente que sólo espera saciar sus amores, mujer de macula que no le importa más seguir el curso de un sinfín de historias jamás contadas.

Cortesana perfecta, sólo buscas un poco de dinero. Mientras el tunante busca apagar el dolor que le produce la opresión de un líquido seminal, que no importa cómo, pero debe aliviar. Gozosa de sonrisa, incitadora de fachada y triste el corazón.

Volteas pizpereta en busca del siguiente villano que te pueda poseer y que con engaños de amor, te pueda dar algo de comer. Picara indiferente del corazón, ya te acostumbraste a vivir en el dolor.

Lechuguina soñadora, solo esperas que llegue el próximo tuno para albergar el sentimiento en el sótano del sufrimiento. Villano se te presentó la alegría y holgazán la fortuna, cierra tus ojos, deja  todo y termina.

¿Y si te dicen puta? No lo eres del alma, el ruin destino te traiciono. Mujer triste que esperas, farolera rondadora de empatía. Coqueta por el cuerpo, vendedora de momentos, solamente la vida es ligera cuando no hay aprovecho.

Piruja bribona que son encantos explícitos, buscas facilitar el instante de amoríos no vistos. Eyaculación de mentiras que le susurras al marchante, balbuceos de temor porque que alguna vez acabe.

Galocha andante, ganforra errante. Se te fue la vida entre camastros y sabanas de hilo. Bribón aquel que tomó de la mano pidiéndote comprensión.  Vuelve ramera y desconecta tu núcleo espiritual, que al próximo  negociante nada le va a importar. 

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