A veces cierro
mis ojos para no perderme nada de ti. Me quedo despierto toda la noche sólo
para imaginarte respirar. Cada momento que paso contigo es un momento que
retengo en mi memoria, busco lo forma de extender mi corteza cerebral para
memorizar en mi amnesia la geografía espacial de tu rostro. Solo te tomo en mis
brazos para sentir el latido de tu corazón y siempre me pregunto: ¿Qué es lo
que sueñas? ¿Por qué sonríes cuando duermes? ¿Quién sabe? ¿A quién veras en tus
sueños?
Se me entumece
la vista al fijarla en tus parpados cerrados. Te beso la frente y agradezco a
Dios estar juntos. Es como si todo lo que necesitara, como si todo lo que
deseara, como si todo lo que se me debiera, estuviera por solo un instante en
mis brazos. Evocación al silencio cuando las palabras no son necesarias.
Si me duermo y
me pierdo en tu vida, ya no me despiertes, déjeme dormido al cabo ya no voy a
resucitar. Acumule suficiente amor en mi memoria, codifique tus caricias en mis
sentidos, almacene todos los sentimientos que puede, tengo todo para recuperar
la información de nuestra vida cuanto ya no quiera despertar.
No hagas
ruido, el sonido me asusta. No me digas nada, solo dame un beso en la frente como
yo lo hacía y déjame dormir por siempre. No grites que me puedes despertar; no
hagas exclamación alguna, mis oídos no te pueden escuchar. No emitas eco
alguno, que las palabras romperán con violencia en mi silencio. Ya las palabras son innecesarias, lo único que
pueden causar es daño a mis memorias.
Déjame
recordarte en silencio, rodeado de imágenes que creó el tiempo mortal. No
quiero una imagen auditiva irrumpiendo en mi callado mundo de alegría. Quiero
perderme en este momento por siempre, en silencio, sin dicción, sin expresión
que pueda ser rota sin honor. No pretendo herida de pronunciación, el placer
perdura al igual que el dolor.
Y si todo es
una broma de una sinapsis mal conectada de mis redes neuronales, no la
compongas, déjame vivir en mi delirio. No hay litio que repare el daño de las
consonantes absurdas insignificantes y olvidables de contenido. Palabras que
son triviales en su estructura burlona de cacofonías sin remedio. Si mi memoria
es una mentira tuya, no sabré la diferencia. Ya estoy dormido, no hagas ningún
sonido.
Tampoco
respondas a mis gemidos, no rompas el silencio de mi sepulcro. No habrá forma
de cambiarlo. Pretende que lo anterior se convirtió en mudez. Cuando ya no
emita ruido alguno, corre y escóndete de los demás; guárdate en mi silencio otra
vez. No te preocupes, que yo veré la
forma de como en silencio volverte a tener.
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