De la galleta de la suerte u otra mentira mas

En estas épocas decembrinas, es un tiempo de esperanza y alegría, donde las ilusiones son parte fundamental del espíritu que priva estas fiestas. Como yo no soy tan festivo, hoy voy a romper otro mito cotidiano y unas de las creencias más arraigadas en la parte norte del continente americano.

No me refiero a Papá Noel, ni a los Reyes Magos, me refiero a la galleta de la suerte china. Si aquella inofensiva galleta que degustamos después de darnos un atracón en los establecimientos de comida rápida supuestamente china o cantonesa, que está muy en duda eso del origen. Que una comida la confeccione un chino, no significa que sea comida china, es como si una hamburguesa de Mc Donald´s la prepara un hindú, no es comida india.

La historia de las galletas de la fortuna o de la suerte china es algo confusa, al parecer todavía no se ponen de acuerdo en su origen,  y para la mayoría de la gente la idea será la de que fueron creadas por algún filósofo chino, muy probablemente Confucio, porque nada mas conocemos a Confucio en occidente. Aunque suena muy romántico pensar que existe un viejo chino en un monasterio alejado en alguna de las provincias de China escribiendo con un pincel la suerte de cada uno, no hay nada más lejos de la verdad.

Las galletas de la fortuna se inventaron el los Estados Unidos de Norteamérica, concretamente en California, aunque por quien y en qué ciudad no está del todo claro, la autoría de tales pedazos de masa moldeada y horneada, es un misterio.

Una de las versiones habla de un inmigrante chino de nombre David Jung, que vivía en el área de los Ángeles. Ya se que David no suena muy chino, pero así es la historia. El señor Jung fue el fundador de la Hong Kong Noodle Company, y dicen que invento la galleta hacia 1918. La historia cuenta que David Jung estaba muy preocupado por la gente de escasos recursos que veía por la calles cerca de su establecimiento, así que creo una galleta para poder darla de forma gratuitita; cada galleta contenía un mensaje de inspiración escrito por el cura del lugar.  Casi lloro de esta historia, pero como usualmente digo, “no necesito consejos, lo que necesito es dinero”.

Otra de las historia que es algo bizarra, cuenta que un japonés inmigrante, llamado Makoto Hagiwara, espero haber escrito bien su nombre, invento esta galleta hacia 1914 en San Francisco. Un momento, no entiendo ¿Un japonés invento la galleta de la suerte china? Hagiwara fue un famoso diseñador, entre sus obras esta el Japanase Tea Garden en Golden Gate Park. Un alcalde antijaponés de la época despidió a Makoto, y después de pasar algunas penurias, como todos los que trabajan para la burocracia, otro alcalde lo readmitió. Agradecido con todos los que los defendieron durante ese tiempo, creó las galletas que contenían un mensaje de agradecimiento. Se volvieron muy populares y en 1915 se exhibieron públicamente en la feria mundial que tuvo lugar en San Francisco.

La otra historia data de entre los años 1300 y 1400, cuando China fue ocupada por los mongoles. Chu Yuang, un revolucionario, tenía un plan para una revuelta contra los mongoles. Para poder pasar la información más delante, escondió los mensajes en los “pasteles de luna”. Estos pasteles estaban rellenos de pasta de loto que no les agradaba a los mongoles, de forma que no los comían. Esta pasta fue sustituida por los mensajes hechos de papel arroz.  Tuvo éxito la revolución y dio origen a la dinastía Ming. Desde entonces es costumbre regalar pasteles con mensajes en el festival de la Luna. Se dice que los trabajadores inmigrantes que construían el ferrocarril americano desde Sierra Nevada a California crearon las galletas debido a que no tenían pasteles para celebrar el festival de la Luna. En vez de comer pan, pues tortilla.

Y esa es la cruel y triste historia de la galleta que no es china, ni mucho menos te va dar fortuna, salvo que seas el que las produce.