Del popote o de la pajilla

El popote, como se conoce en México, o la pajilla o pajita, cañita, pitillo, carrizo, sorbeto o calimete, es un utensilio utilizado para transferir líquido de un lugar a otro, de un vaso a la boca por ejemplo. Empecé muy propio el día de hoy.

La mera verdad es que como no tengo idea de que andar escribiendo, lo más inteligente que se me pudo ocurrir fue escribir sobre los popotes. Y no fue una idea fortuita, es que pedí una bebida y acto seguido, me ofrecieron un popote para degustar de una manera más cómoda mi bebida. Bueno de este evento me surgió la duda de saber algo más sobre este útil artefacto. A veces la cosas más simples pueden tener una historia fascinante tras de ellas. Así que como no tenía nada más importante que hacer en ese momento, me puse a naufragar por la inmensidad de la Red y no encontré nada de historias fascinantes.

Las pajillas más antiguas fueron hechas por los sumerios de tallos de plantas, literalmente de paja para beber cerveza y filtrar el líquido de la cebada. En una piedra pintada de hace unos seis mil años, aparece un grupo de hombres bebiendo del mismo recipiente con lo que parece ser un popote de caña.

En un mural de Kenamún, ubicado en la cuidad de Tebas de hace unos 1400 años se ve como los egipcios usaban los popotes para andar de borrachos tomando cerveza, bueno para evitar tomar los residuos de levadura que quedaban en el recipiente. También los babilonios usaban popotes para tomar cerveza, y dicen que la realeza tomaba con popotes de oro cuya extensión iba del trono real hasta el recipiente elaborado también de oro. El resto de la raza usaba popotes de tallos de caña o centeno, más prácticos, pero al ser naturales, transferían sabor a la cerveza o al vino que se tomaba.

Lo que si se me hizo curioso es que algo tan de uso común este patentado, y para no variar fue por un estadounidense Marvin Stone quien era fabricante de cigarros; él creó un tubo de papel para poder tomar su bebida favorita antes de que estuviera tibia. Stone sabia como hacer tubos de papel por su negocio de cigarros, por lo que intento por una año enrollando papel alrededor de un lápiz, hasta que en 1888 patento su “pajilla para beber”.  Que no era más que tiras de papel manila enrolladas cubiertas de parafina, de unos 22 centímetros de largo y con diámetro lo suficientemente angosto para no permitir que una semilla de limón pasara por él. Stone tuvo tanto éxito que su fábrica producía más popotes que cigarros y en 1916 invento la primera máquina para hacer popotes.

Estos popotes fueron buenos en un principio pero un día en la barra de una fuente de soda en California, una niña de dos años llamada Julia intentando tomar una malteada pero el popote era muy largo y no era flexible haciendo imposible poder tomar el líquido; así que su padre Joseph Friedman, quien ya había inventado los cargadores de tinta para plumas fuentes, crearía un mecanismo para hacer flexible el popote.

Sus primeros intentos fueron un fracaso, fue hasta 1940 que el popote dejo de ser de papel para ser de plástico y con dobleces hacia cualquier ángulo. Lo que les ayudo mucho a los niños, pero más a los enfermos que no podían beber directamente de un vaso. Junto con su hermana Bety, quien era enfermera, se fabricaron los popotes plásticos flexibles para hospitales, supliendo los tubos fabricados de vidrio. Siendo estos más higiénicos por ser desechables y prácticos en su uso. Ya que el plástico no fuera biodegradable es otra historia.

Pues de esta forma termina la historia de hoy. Les dije que no era una historia muy pero muy interesante; no hay sangre, ni desnudos, ni violencia, ni balazos, ni ninjas, ni dinosaurios, ni persecuciones en vehículos a alta velocidad, ni escenas de sexo, no, no hay nada de eso.