domingo, 17 de junio de 2012

Del mejor o del necesario


Hoy se celebra el día del Padre en muchos lados, por lo menos en muchos lados de este país en donde vivo. Y aunque no es una celebración tan especial como el día de las Madres, no deja de tener su propia importancia y como tal merece el reconocimiento de todos los que tenemos o tuvimos la suerte de tener a lo largo de nuestra vida a un papá.

Desde hace unos días ya empezaron a publicar en sus muros del “Face” frases muy trilladas felicitando a los padres. Y una de las que más me llama la atención es la aseveración de que cada quien que tiene “El mejor papá del mundo”; lo cual se me hace muy descabellado decir. ¿En qué momento entraron todos los papas del mundo a competir por el título? ¿Qué pasa con los papas que fueron abandonados por sus hijos y sea en un asilo o en la tumba? ¿Ellos no entran a la competencia? ¿Quién puso los parámetros para asignar tal título honorario? ¿Es como el premio Nobel y dan dinero y una condecoración?

Yo nunca quise el “mejor Papá del mundo”, ¿para qué lo quiero? ¿En qué me baso para decir que alguien es el mejor padre del mundo? Claro que mi papá no es el mejor del mundo y tampoco el de nadie, lo siento. No fue el mejor cuando nos regañaron, ni mucho menos cuando no nos cumplieron un capricho, tampoco fueron los mejores papas del mundo cuando nos negaron una salida a una fiesta o nos llamaron la atención por llegar tarde, a por llegar tomados a la casa, o por fumar o por sacar malas calificaciones. Tampoco sentimos que fueran los mejores cuando por cuestiones de trabajo tuvieron que estar ausentes en algún festival de la escuela o llegaron tarde en algún cumpleaños.  Nunca pensamos que fueran los mejores cuando no nos importo saber si tenían dinero o no y como le hacían para conseguirlo, pero nosotros queríamos que se nos cumplieran nuestros caprichos de cualquier manera. Y si alguna vez nos dieron un consejo, nos enojamos porque “no nos entendían” y ya eran viejos, de otro siglo para comprendernos.

No, no tuve el mejor papá del mundo, pero tengo el papá que yo necesite para mi vida. Tengo a la persona que puso guiarme y que todavía lo hace. Tengo al padre que son sus regaños y mal carácter y que con negarme ciertas cosas, entendió que era lo mejor para mi crecimiento personal. Tengo a mi padre que independientemente que muchas veces no lo entendí y que pasó de ser el superhéroe al villano para terminar en un sabio, me supo dar según mis requerimientos todo el amor y la compresión que tuvo para dar. Tengo el papá que me dio el tiempo necesario y que supo administrar su cariño entre cuatro hermanos.

Este es mi papá, un hombre normal que ha podido ser un hombre cabal. Que son sus errores y virtudes ha llegado a adulto mayor y con gran plenitud. Este es mi papá, la persona que yo necesite en mi vida, no al padre perfecto, ni al padre de mis caprichos, sino al padre que, según los tiempos, hace el mejor de sus esfuerzos para el mejor papá que Dios quiso que yo tuviera.

Tengo al padre que se desvelo en mis enfermedades y que muchas veces lloramos juntos. ¿Saben qué? Tal vez si tengo al mejor papá del mundo. 

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