El conejo o
liebre de Pascua, a muchos no les gusta eso de que sea una liebre, porque las
liebres, por lo menos las de mi pueblo son pardas y sin llegar a ser feas, pues
digamos que no son del todo bonitas; se uso como un símbolo en los pueblos del
norte de Europa que representaba la facilidad de moverse con libertad y el
conejo siempre ha sido asociado como un símbolo de fertilidad. En épocas antes
de Cristo el conejo era relacionado con la diosa fenicia Astarté, a quien se le
festejaban por este mes de abril.
En alusión a
esa diosa, en algunos países a la festividad se le denomina “Easter” (fiesta
dedicada a la primavera para honrar a la diosa teutónica de la luz). Fue en el
siglo VIII cuando los anglosajones habían transferido dicho nombre a la fiesta
cristiana que designa la celebración de la Resurrección de Cristo.
En la tradición se transmite el relato sobre el origen del conejo de
Pascua, el que cuenta que en el tiempo de Jesús un conejo estuvo encerrado en
el sepulcro junto a Jesús y presenció su resurrección. Al haber presenciado el
milagro, al salir de la cueva junto con Jesús, se dice que fue elegido como el
mensajero que comunique y recuerde a todos los niños la buena nueva, regalando
huevos pintados, y actualmente también regalando huevitos de chocolate y otras
golosinas durante la Pascua. Esto jamás lo cuentan en las clases de catecismo,
pero eso dice la leyenda, no se cual leyenda pero eso dice.
Ahora ¿Qué quiere este dichoso conejo de Pascua? Ya fue bastante para la economía
de muchos de nosotros. Primero el gordo de Santa Claus, hay que regalar algo,
luego vienen los Tres Reyes Magos y hay que volver a gastar dinero sin causa
aparente. No contentos con eso tenemos a San Valentín, que es obligatorio dar
algo al ser o a los seres amadas, dependiendo del caso. También el día que se
conmemora a San Patricio, no está demás un regalito, aunque sea pequeño. Luego tenemos
Halloween y la Gran Calabaza, como si fuera poco, le da por traer regalos a los
niños. Y encima de todo esto más todos y cada uno de los cumpleaños, aniversarios,
bodas, bautizos, primeras comuniones, y demás días festivos, tiene que venir un
conejo a dar regalos como si fuera Navidad. Lo único que falta es que el Pavo
de día de Gracia también quiera vestirse de colores y dar regalos.
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