lunes, 30 de abril de 2012

De lo mismo o casi igual


Usualmente me considero como una persona lo suficientemente amplia de criterio, abierta de mente, pero no tanto como para que se me vea el cerebro, socialmente liberar, pero sexual tradicional.

Trato de seguir el ritmo de la vida y acoplarme lo mejor que puedo a los cambios, que aunque no siempre lo logro a cabalidad, si lo intento, a veces triunfo, a veces fracaso, pero siempre lo intento a medida de mis posibilidades.

Llevo un estilo de vida tranquilo y aunque mi dieta es algo restringida, por cuestiones de salud, llevo la misma filosofía de la tolerancia y de la experimentación al plano de los alimentos. Siempre me considere de esta forma hasta este fin de semana que se me ocurrió darme algo de licencia en cuanto a mis alimentos y deje que mi gula decidiera por mí, que cosas me iba a meter por la cara.

Aclaro que luego siento que soy un ocioso, y lo he de ser, para andar fijando que en lo que hago o lo que hacen los demás y para andar escribiendo sobre temas totalmente insulsos y hacerlos parecer interesantes.

Pero sigamos con el relato. Me desperté con ganas de desayunar unas sincronizadas o quesadillas, no tiene nada de extraño. A la hora de la comida, me jambe unos cuantos pedazos o trozos de pizza. Y para la cena decidí que algo ligero estaba por demás correcto y me cene un par de sándwiches.  Nada raro hasta que note que había comido lo mismo en el desayuno, en la comida y en la cena. Nota aclaratoria: también tome leche, agua, fruta, jugo y verduras durante el día.

La quesadilla está hecha de tortilla de harina (harina, manteca, agua, sal y levadura) con queso tipo manchego y jamón de pavo; acompañado de una salsa a base de tomate y chile.  La pizza es masa (harina, aceite, sal, agua y levadura) con queso tipo mozzarella, salsa de tomate y un pepperoni.  Y de cena fue un sándwich que es pan de caja (harina, manteca, sal, agua, levadura y azúcar) con pechuga de pavo (en fin otro embutido), queso tipo asadero y tomate, calentado en una plancha.

Entonces pensé para mis adentros, comí lo mismo nada más que en diferente presentación. Todo el día como algo confeccionado a base de harina, queso de cualquier tipo, embutidos y alguna versión de tomate. Luego mi hipótesis sobre el hombre cambiante ante las situaciones y moldeable, cayó por la borda, por lo menos a lo que refiere mi vida privada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario