De qué hacer antes de morir o tal vez no

Parecería que muy seguido la vida nos juega una serie de bromas; hace unos días revisando mi correo electrónico, que de hecho lo hago todos los días, pero solamente leo lo que me importa y muchos los desecho sin leer, por no conocer el remitente o porque que tema simplemente no me importa. Por alguna razón mas allá de mi comprensión y atribuyéndole algo de crédito a mi curiosidad, abrí un correo que se titulaba “100 cosas por hacer antes de morir”. Pues bien, no contento con abrir el correo, tuve la ociosidad de ponerme a leer lo que decía.

El ejercicio no resulto como esperaba, y no entiendo él ¿Por qué?, si ni siquiera esperaba nada, muchos menos tenía que esperar un resultado.  ¿Cómo para que quiero algo de nada? En fin, lo único que obtuve como aprendizaje significativo fue, que lo primero que hay que hacer  es hacer una lista de 100 cosas por hacer antes de morir.

No creo nunca que haya hecho una lista de 100 cosas, bueno 99 porque ya establecimos que lo primero que hay que hacer es una lista. Muchas veces he realizado por perfecta sincronía la lista para el mandado, pero no creo que hayan pasado de unos 50 artículos, y es una exageración de mi parte. Porque usualmente compro lo mismo y no tengo que hacer ninguna lista. Salvo que sea un evento especial y aun así no recuerdo una lista de 100 cosas.

La primer tarea entonces debería de ser, unas lecciones de cómo se hace una lista de cosas para hacer antes de morir. Entonces si fuese de tal manera ya llevamos dos cosas, las lecciones y hacer la lista.

La lista que me enviaron vienen cosas que ya hice, como: bailar desnudo, montar en burro, componer música, plantar un árbol o alguna planta, viajar sin dinero, hacer una película casera de preferencia porno, gritar sin razón alguna, leer la Biblia, ir a una playa nudista, hablar otro idioma, hacer realidad una fantasía sexual, escribir una novela, cambiar de cuidad, caminar sin rumbo, dar un masaje, encontrar al amor de mi vida, participar en una marcha de protesta, ordeñar una vaca, vestirse como te dé la gana, lanzar un televisor por la ventana, trabajar por una buena causa, viajar solo, memorizar un poema, dar una cena sin motivo alguno, cambiar de opinión, cortarse el cabello uno mismo, ayudar a un discapacitado, levantarse e irse sin decir nada de una conversación estúpida, correr bajo la lluvia, pasarme un fin en pijamas, llorar y reír  sin censura, etc.

Hay otras tantas más que hice que no vienen en la lista y otras que no voy hacer ni por error y muchas tantas que jamás podre hacerlas, no por falta de ganas sino que no son o muy idiotas o no me hacen falta en mi vida o simplemente no se pueden realizar y ya.

Después de leer la lista de las 100 cosas que hacer antes de morir, lo que sí entendí, es que ya hice muchas cosas antes de morir y han sido más de 100. Me faltan mucho más que hacer, con la diferencia que hoy vivo con la conciencia tranquila y pase lo que pase, al día de hoy, soy un hombre agradecido con esta vida que me toco vivir.