viernes, 20 de abril de 2012

De recién casado o no todo es miel sobre hojuelas


El amor cosa esplendorosa que hace que se mueva el mundo, no es cierto pero por momentos así lo parece hasta el grado de perder la cabeza por el ser amado y sellar tal compromiso de amor con un juramento, que realmente pocos o nadie tiene bien a bien saber qué es lo que significa, pero proclamamos amarnos, respetarnos y cuidarnos toda la vida y aparte agregamos como si no fuera suficiente con la frase “toda la vida”, “hasta que la muerte nos separe”.

Sin lugar a dudas el noviazgo es una etapa de ilusión, una etapa donde es todo la cosa bonita, de entender que es lo que tenemos en común y que nos une. Es el momento de conocer nuestros defectos y nuestras virtudes. Pero la triste y cruel realidad es que no, el noviazgo es una gran mentira que usamos para esconder nuestros defectos y resaltar nuestras virtudes. Además con el torrente de hormonas que transitan por nuestro cuerpo, es prácticamente imposible percibir la realidad, y tendemos a magnificar a la persona que es objeto de nuestro deseo.

Al emprender la vida marital, empezamos una nueva vida en pareja y ya nada es igual. Todo va a cambiar, y no siempre para bien. De entrada hay que empezar a compartir el espacio vital, la recamara, el baño, la televisión, etc.… Sólo es cuestión de tiempo cuando empezamos a tomar confianza y no tarda el abuso de confianza. Al principio te parecerá hasta romántico recoger todos los días, y es todos los días, la toalla mojada del piso o recoger los calzones de tu amado que dejo tirados en el suelo del baño a escasos pasos del cesto de la ropa sucia. Y así será por ¿Cómo dijiste? “Hasta que la muerte nos separe”. Y como advertencia: el amor no todo lo puede.

No tardara mucho para que el príncipe azul se convierta en la bestia, es un cambio paulatino, casi imperceptible, pero aquel cuerpo atlético se irá deteriorando conforme la dieta a base de antojitos y cerveza vaya haciendo su labor. La grasa abdominal se acumulara específicamente en lo que podemos llamar “panza”. El estomago abultado hasta lo veras con ternura y no lo dudo que le pongas algún tipo de sobrenombre, ten en cuenta que con el crecimiento de panza también viene cambios en el sistema digestivo dando como resultado un ataque de flatulencias incontrolables.

Las mujeres también tiene que contar, con el tiempo el cuerpo ya no es lo que era antes, con los embarazos todo lo que estaba arriba por desgracia un día está abajo, la mujer hermosa y comprensiva de la que te enamoraste poco a poco se irá pareciendo más a tu peor pesadilla, Y de los cambios de humor ni hablamos, cambian de ser brujas a princesas en cuestión de horas.

El matrimonio no es el cuento de hadas, nunca  nadie nos conto que paso después del final de la historia, y no es “vivieron felices  para siempre”. Desgraciadamente la vida nos pone pruebas difíciles y la convivencia familiar es mucho más compleja que aguantar un mal olor de una flatulencia inesperada.

Decidir vivir el resto de la vida con alguien, requiere de una gran entereza y mucha paciencia. Con el tiempo los años, si son bien aprovechadas las vivencias, nos darán sabiduría, y tal vez algo de congruencia, como me decía mi abuela. Problemas siempre hay y no se acaban, así que relájense, disfrútelo y esboce una sonrisa en su rostro. 

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