¿Cuántas veces es necesario que nos
rompan el corazón para aprender? Entonces, esta no es la primera pregunta, en
dado caso sería ¿Qué hay que aprender cuando te rompen el corazón? ¿Existe
algún aprendizaje significativo en la ruptura de las ilusiones amorosas? La
posible respuesta es sí, pero aparte de adquirir experiencia no se qué otra
cosa se pueda aprender. No hay dos amores iguales que te puedan dar la pauta
para entender todo lo que pueda suceder.
Nadie llega al final de sus días con
el corazón intacto, si no se tienen cicatrices en el alma, es imposible decir
que se ha amado en la vida. Una condición que parece ser forzosa en estos
menesteres del amor, es el sufrir una decepción. Aunque clínicamente nadie ha
muerto de amor, si se siente morir cuando con despiadado fervor el ser que se
creía amado nos atina un golpe certero en el corazón.
El amor parece como un viaje en una
montaña rusa; se suben dos tomados de las manos, todo empieza despacio, después
todo es muy rápido, hay altas, hay bajas, a veces gritas, otras ocasiones te
quedas callado, te abrazar por momentos y luego te sueltas; al final te mareas
y puedes hasta vomitar; pero siempre tienes la opción de volver a emprender el
viaje con la misma persona o buscar una nueva pareja con quien marearse.
Muchas cosas se han escrito acerca del
amor y mientras exista un enamorado más cosas más se habrán de escribir; unas
buenas, otras malas, unas con intención de amar y otras con la intención de
olvidar. Lo único cierto es que siempre, por lo menos mientras que existamos
los humanos, habrá alguien que le rinda tributo a lo que conocemos como amor,
lo que sea que eso sea.
Otros dicen que el amor es como el
servicio de autobuses, cada tanto tiempo pasa uno y luego pasa otro; el
problema es que hay horarios donde ya no hay servicio de transporte y uno tiene
que caminar solo a casa. El amor no acompaña en todo momento de nuestras vidas,
tal vez no sea el amor que esperamos, pero bajo condiciones normales todos
tenemos quien nos quiera y a quien querer; aunque sea a un perrito, también
cuenta como amor.
Y para terminara los dejo con Atardeció Sin
Ti de Antonio Gala
Atardeció sin ti. De los cipreses…
a las torres, sin ti me estremecía.
Qué desgana esperar un nuevo día
sin que me abraces y sin que me beses.
a las torres, sin ti me estremecía.
Qué desgana esperar un nuevo día
sin que me abraces y sin que me beses.
A fuerza de tropiezos y reveses
la piel de la esperanza se me enfría.
Qué agonía ocultarte mi agonía,
y qué resurrección si me entendieses.
la piel de la esperanza se me enfría.
Qué agonía ocultarte mi agonía,
y qué resurrección si me entendieses.
Atardeció sin ti. Seguro y lento,
el sol se derrumbó, limón maduro,
y a solas recibí su último aliento.
el sol se derrumbó, limón maduro,
y a solas recibí su último aliento.
Quién me viera caer, lento y seguro,
sin más calor ni más resurgimiento,
gris el alma y frustrada entre lo oscuro.
sin más calor ni más resurgimiento,
gris el alma y frustrada entre lo oscuro.
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