miércoles, 15 de febrero de 2012

De la pegunta o de no tengo la respuesta


Esta es una historia familiar, que se está desarrollando por desgracia en estos momentos. En la familia tenemos a un miembro que el cáncer ya lo invadió y está en fase terminal, aunque no se habla es estos términos, el desenlace solamente es cuestión de tiempo; estas cosas pasan, no sé si a todas las familias, pero tarde que temprano tenemos que lidiar con la muerte de un ser querido. Es inevitable, tristemente inevitable.

Hoy me pregunto mi madre, mujer muy devota y temerosa de Dios, la forma de cómo rezar u orar para que nuestro familiar tuviera descanso. No entendí para ser honestos lo que mi madre mi preguntaba; ¿descansar de que tipo? No sé si refería a un descanso de tantos doctores, hospitales, enfermeras y medicinas, si era un descanso tipo terapéutico para su espalda de tener ya semanas en cama y no poder moverse con libertad o simplemente un descanso eterno, lo que sea que eso sea.

No supe que responder, por un momento me quede callado y lo único que acertaba era mover mis ojos de un lado a otro sin control como buscando la respuesta en las paredes. Supongo que sonreí, usualmente cuando no tengo la respuesta para algo y estoy pensando algo, hago una gesticulación que parecería que estoy sonriendo, pero es un movimiento involuntario.

¿Cuál es la respuesta correcta? ¿Pedir por un milagro? ¿Pero cuál es el milagro que uno debe de pedir? ¿Por una recuperación milagrosa? ¿Por un deceso sin dolor? ¿Por un fallecimiento rápido? ¿O solamente quedarse dormido? Y las preguntas son porque todos en algún momento vas a querer una forma digna de morir. Así que en este caso supongo que uno debería pedir o implorar por lo mismo que desearía que le pasara a uno.

Sigo pensando en que decir sin ofender o sin ser hiriente; la muerte y como enfrentarla siempre he a causado dolor de estomago. Nadie me ha podido decir a ciencia cierta cómo es el proceso, es de esas experiencias que solamente se puede hacer bien una vez y no hay vuelta atrás, se muere uno o no se muere. Se puede intentar varias veces pero sólo una vez se puede lograr el objetivo.

En cuestión de una fracción de segundo me comenzó a doler un poco el lado derecho del cerebro, no tengo ideas porque lado derecho, en fin, da lo mismo.

Seguía con mi sonrisa y al mismo tiempo buscaba la respuesta en mi cabeza. Tenía una tormenta cerebral que no ayudaba a mi dolor de cabeza que ya previamente establecimos que solo el lado derecho la cabeza me estaba molestando.

No tuve una respuesta real, lo único que pude decir después de meditar fue: “Mamá, rezaremos por que se haga la voluntad de Dios, mas no podemos hacer”. Mi madre estuvo de acuerdo con mi dicho.

Aunque jamás voy a entender a cabalidad mi respuesta, porque si eres creyente, uno entiende que Dios actúa de maneras misteriosas y las razones del Padre solo él las entiende; creo que yo fui el más satisfecho con la respuesta. 

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