viernes, 10 de febrero de 2012

De la pureza del sentimiento o la inocencia anterior


Este mes de febrero, celebraremos al amor en todas sus expresiones posibles; amor a la pareja, amor al dinero, amor fraternal, amor a y por la vida, amor al prójimo y hasta amor al trabajo. Hay tantas formas de amor y tan diversas formas de amar, que seria prácticamente imposible poder describir cada y una de ellas.

Cada cultura, cada religión e inclusive hasta cada región del mundo tiene su formas muy particulares de manifestación del amor y de cómo adueñarse del sentimiento y apropiarlo y hasta monopolizarlo; hoy nos imponen que debemos sentir y como es que lo debemos de sentir. Flores, peluches, juguetes, música, cenas, etc.… todo contaminado con la mercadotecnia del amor; la esfera del amor ha sido invadida  por los profesionales de las ventas y las compras. Si eres medio idiota y no te gusta pensar, entonces está bien que te digan que sentir y que regalar para hacer sentir bien a la persona amada; obvio si te sube agua al tinaco (al cerebro) vas a encontrar mucha más formas más ingeniosas que un tonto oso de peluche que muy seguramente va a terminar en la basura.

¿Qué paso con aquel sentimiento primario del amor que nos arrastraba a cometer tonterías? Pues nada que nos dimos cuenta que era nada mas  en embrutecimiento de los sentidos a causa de no sé qué tantas hormonas que no nos permitía pensar con claridad y que con su efecto de endorfinas nos hacía sentir felicidad, no importando la realidad. Ese sentimiento o sensación sigue siendo una experiencia muy satisfactoria no importando la edad ni la experiencia. El amor es el amor.

El amor sin pasiones, sin accesorios, el simple y llano amor; tal vez como el que un bebé le tiene a su madre, donde no importa nada más que la mera convivencia en una madre con su hijo. ¿Dónde quedo aquel amor que no le importaba nada más que el amor en si mismo? Como diría la canción “puede estar herido, pero no morir, puede estar cansado, puede estar encadenado, quizás este dormido, a la sombra de un olvido”.

El amor a su más mínima expresión o su más simple manifestación  cambio con los tiempos y nos borro la inocencia de los tiempos anteriores.

 Veo a mis padres y veo en ellos aquel amor que solamente el tiempo y los años vividos pueden dar. No hay nada que no tengan si no es un inmenso cariño, amor y respeto por las vivencias transcurridas; donde la simple compañía ya es una manifestación del acuerdo que tuvieron hace ya más de 40 años. Solo dos personas con un vida en común hecha y otras tantos sueños por recorrer; aunque el tiempo corre en su contra, ha sido el tiempo el que les dio esa tranquilidad para poderse reconocer como un solo individuo al final de los días.

Tal vez el amor que buscamos no es aquello que hemos sentido, sino lo que vamos a obtener una vez que tengamos la conciencia en paz para entender que fue todo lo expresado y todo lo vivido lo que nos definió, y una vez llega al final del camino podamos decir que hemos amado a plenitud y cabalmente. No lo sé, solo es un tal vez. 

1 comentario:

  1. Que lindo!! La última parte es hermosa y coincido contigo amor!! te amo!!

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