lunes, 21 de noviembre de 2011

Del ornitorrinco o del disparate de la naturaleza

Era una vez un viernes en la noche como a las 8 de la mañana ya hace muchos años, cuando la maestra de la escuela, llamada por el nombre genérico de Miss; eso de ser “Miss” es relativo, porque no estaba como para concurso de belleza. La Miss nos pide que abramos el libro de Ciencias Naturales en la sección de Zoología en la parte del continente Australiano.
No pude dar cabida a los que mis ojos vieron, vi la fotografía del animal más genial que jamás en la vida había visto; y no es que no haya notado muchos animales antes, pero ya había visto chivas, borregos, marranos, gallinas, vacas y uno que otro animal en el circo que se ponía en el terreno baldío del pueblo.

Fue destacado ver aquella criatura que no podía entender mis ojos, era algo por demás extraño pero fascínate; y no que los demás animales no lo fueran, pero lo que vieron mis ojos me marco para siempre.

Era el Ornithorhynchus anatinus, ya que me quedo callado, un ornitorrinco; el nombre mismo rivalizaba con la apariencia de este ser extraño que parecía haber sido sacado de un comic de extraterrestres. Por primera vez en todo el año escolar tuve la atención fija en el libro y no en mi compañerita del salón, bueno que quieren cada quien le pone atención a lo que le importa.

El ornitorrinco es una especie de mamífero semiacuático endémico del este de Australia y de la isla de Tasmania; cosa que se mi hizo genial, no solo era raro, cabria la posibilidad de que fuera amigo de “Taz”, el demonio de Tasmania de las caricaturas. Y continué leyendo el texto, y decía algo como que era el único mamífero actual que ponía huevos en lugar de dar a luz crías vivas. Esta última afirmación rompió con todo el conocimiento que tenía hasta ese momento sobre los mamíferos.

La extraña apariencia de este animal ponedor de huevos, venenosos, con hocico en forma de pico de pato, cola de castor y paras de nutria tuvo que causar un gran desconcierto a los naturalistas; cuanta la leyenda que incluso se llego a pensar que era una elaborada falsificación.

“Dios tiene una sentido del humor”, fue todo lo que pude decir. O también les estaba jugando una pequeña broma a los científicos. ¿Qué habría pensado Charles Darwin al ver tal animal? Este es de los casos en que es un animal tan feo o raro, que resulta ser simpático. Y así fue, es un símbolo reconocible e icónico del Continente Australiano; ha aparecido como mascota en acontecimientos nacionales e internacionales y aparece en el dorso de la moneda de 20 centavos australianos.

Nada mal para este pequeño amiguito que con su rara apariencia nos dio mucho que pensar, reír, admirarnos y soñar.

(Con dedicatoria especial a Perry el ornitorrinco, jamás revelare tu identidad secreta)

1 comentario:

  1. Me encantó!!! Me gustan mucho los ornitorrincos, ya los veremos cuando vayamos a Australia!!! Te amo!!!

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