lunes, 7 de noviembre de 2011

De la funeraria o del último viaje del cuerpo

La muerte es un ejemplo único de lo que puede llamarse un “hecho social”. La muerte tiene un contexto social dependiendo del rol social, profesional e interacción con la sociedad. La naturaleza de los rituales funerarios, el duelo y el luto reflejan la influencia del contexto social en donde ocurre. Así, diferentes culturas manejan la cuestión de la muerte y sus muertos de diferente manera. Las pequeñas diferencias serán impuestas  por el muy personal concepto de muerte de cada uno.

En la sociedad occidental, históricamente, el luto ha dejado de ser una costumbre donde se especificaba indumentaria, comportamiento y límites de interacción y tiempo. Al parecer existe una rápida caída de prestigio y desacreditación de la persona en duelo. Esto ha llevado a que muchas de las dificultades actuales para recuperarse de la pérdida de un ser amado se debe, en parte, a la ausencia de rituales establecidos y patrones estructurados de duelo. No debemos olvidar que la interacción social es un elemento central que permite que el deudo comience a reconstruir su realidad con un significado e identidad en la vida

Para los católicos la muerte es siempre dolorosa, pero no es el fin sino un mero pasaje o medio a la vida eterna. Dar entierro es una de las obras de misericordia. Ahora, el lugar del entierro debe ser un cementerio, ya que estos espacios han sido consagrados como lugar santo de reposo y manifiestan el respeto que los católicos le tienen a l vida y muerte de Cristo. En las funciones litúrgicas que se practican en la Iglesia durante el entierro de sus hijos se hace un mayor énfasis en la esperanza en la vida eterna y en la resurrección final de los muertos.

Los funerales pueden ser sencillos pero siempre guardando el respeto y la dignidad del cuerpo humano. Lo importante es acudir al Señor en oración, lo cual es la razón para celebrar los ritos fúnebres católicos: la vigilia, la liturgia funeral, el rito de despedida y el entierro. Por medio de ella se expresa la fe y se encomienda el difunto a la misericordia de Dios.

Hoy en día si usted es responsable de hacer planes para alguien que ha fallecido entonces usted deberá de definir lo siguiente:
·         Certificado de Defunción. Es de carácter obligatoria y tiene que haber fallecido ya la persona. No se entregan por adelantado.
·         Inscripción de la defunción en el Registro Civil.
·         Obtención del permiso o licencia para el entierro o cremación
·         Póliza de servicios funerarios. Ya existen varias compañías que las ofrecen, es como comprar un viaje por adelantado, solo que no lo va a disfrutar el beneficiario
·         ¿Qué tipo de servicio desea para la disposición del cuerpo?  Hay que investigar si el difunto dejó instrucciones; si entre sus últimas voluntades fue la donación de órganos, avise a las autoridades correspondientes, no se tarde mucho porque luego se echan a perder los órganos. Si el difunto dejo ordenes especiales, como enterrar sus restos en algún lado en especial o trasladar sus cenizas al mar, asegúrese que así como dejo las instrucciones también haya dejado dinero. Los mandados sin dinero se olvidan.
·         Seguros de vida. Alguien te cobrarlos, si es que había alguno.

En Memoria de mi tío Hector. Un abrazo y un beso donde sea que te encuentres

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