Hoy tenemos
remedios para todo, y todo tiene una medicina que nos podemos tomar, aplicar, beber
o untar. No importa que dolencia o que padecimiento tengamos, siempre hay
un remedio que lo acompaña.
¿Qué te duele
algo? La respuesta de muchos y de por varias ya generaciones es “tomate una
pastillita”; bien podría se ácido acetil salicílico, naproxeno sódico,
paracetamol, ibuprofeno, acetaminofén, diclofenaco, ketaprofeno, y todas ellas
acompañadas de diferentes dosis y nombres comerciales. Ahora que si no te gusta
eso de las pastillas, pues te puedes tomar un “tesito” o comer frutas rojas,
dicen que son buenas para eso de los dolores. O animas, ponte la pomada.
Todo mundo
tiene algo que decir acerca de tomar algo para cuando a uno le “duele”. Pero a
la fecha una de las mejores medicinas es aquella sentencia que muchas madres y
abuelas nos decían cuando nos pegábamos y decía algo así:
“Sana, sana
colita de rana”
Esas palabras
eran mágicas, esas palabras eran capaces de quitar el dolor del golpe más
fuerte y la única forma en que no dan resultado es porque no se dicen
apropiadamente y con ganas.
“Sana, sana
colita de rana”
“sino sana
hoy, sanará mañana.”
No solamente
es una sentencia o un decreto de curación, sino que todavía hay un consuelo
porque si no es el efecto no es tan inmediato, puede que en ese momento no se
cure, pero “sanará mañana”.
Y todavía para
mejorar el asunto, toda madre sabe y está preparada para dar una pequeña
caricia que acompaña a estas palabras. No tengo idea de cómo lo hacen, pero
toda madre nace con esta característica especial. Y aparte de todo esto, que ya
es casi un milagro, muchas mamas acompañan el pequeño masaje con algo de su saliva
para limpiar y curar la herida infringida por un accidente de juego. Y muy
importante siempre acompañada de una sonrisa que siempre significaba lo mismo: “no
pasa nada.” Y si las palabras, el mensaje, la saliva y la sonrisa no funcionan, al final siempre acompañaban todo esto con un beso, para que no quede dudas.
Nunca hay mejor
medicina. En este punto es donde siempre se me ocurre dar una explicación científica
donde voy a decir algo como que el mero hecho de frotar un golpe produce algo
en las terminales nerviosas y produce una sensación de placer y bla, bla, bla, tonterías
de esas. Pero hoy me quedo con el sentimiento y el recuerdo de una “Sana, sana
colita de rana”, que no solamente me alivio mi dolor, sino que también alegro
mi corazón.
Muy cierto, muy cierto, no hay mejor medicina que el suave masaje que dan las madres con la frase magica.
ResponderEliminarQue lindo amor!!! esas palabras son mágicas y como reaniman :)!!
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