En toda familia hay historias que por
su contenido, ya sea por vergüenza o por lo cómico o que sea una tragedia, se
mantienen en secreto. Buena parte de estas historias pueden ser tragicomedias o
alguna de las combinaciones de palabras que al final solo nos pueden expresar
que ni es tan mala, pero tampoco es tan buena. Y por diversos motivos es causal
de silencio.
Bueno pues en mi familia hay de esas
historias al por mayor, casi creo que cada miembro de la familia tiene alguna
anécdota que solo sirve para enrojecer los rostros del protagonista como de
muchos de los oyentes. Lo que no se todavía es ¿Cuál de todas esas historias es
lo suficiente cómica como para ser digna de ser contada en público?
Me voy a meter en problemas, eso es un
hecho. Entonces lo que podemos hacer es platicar algún cuentecillo personal
totalmente inofensivo.
Hoy es mi cumpleaños y no solamente
eso es cumpleaños de mi santa madre; si los dos cumplimos años el día de hoy. No,
eso es mentira, solamente yo cumplo años el día de hoy, desde hace muchos años
mi madre dejo de cumplir, por lo menos eso dice ella.
Cuando yo era niño y llegaba mi
cumpleaños, como todo niño era motivo de
emoción, siempre le dice con mucha afectividad a mi mamá: “Mamá ya cumplo 6
años (o los que sea)” “¿Tu cuantos años cumples?”. Ella siempre me sonreía y me
contestaba lo mismo: “Ya no cumplo, tú los cumples por mí.”
De ese momento en adelante yo siempre entendí
que en cada casa existía un hijo que tenía la obligación de cumplir años por su
mamá. De esa forma las madres se mantenían atemporales y jamás iban a envejecer
y se mantendría fuerte y activa para siempre.
No recuerdo cuando fue que entendí que
no era cierto eso de que un hijo debería de cumplir años por su mamá, pero si
hoy pudiera yo los cumpliría todos los años por ellas.
No me gustan los regalos de cumpleaños,
seria que Dios o el Destino me dio el regalo de conmemoran mi día de nacimiento
con el de mi madre y ya no necesito de nada más. Todo mundo me dice que yo fui
su regalo, pero no, ella fue la que me regalo la vida.
Así, que hoy es un día muy especial
para mí, me toca festejar el cumpleaños de mi madre y el mío. Por cierto también me toca doble rebana de
pastel.
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