Cada día que
pasa, estas gentes de la ciencia me siguen sorprendiendo cada vez más. Y no
propiamente con las investigaciones, sino el tipo de investigaciones que se
llevan a cada todos los días en algún laboratorio. A cada momento hay nuevo o rompen
algún mito o alguna creencia popular.
Pues ahora le
toco al bostezo. Siempre se ha dicho o por lo menos así lo hemos dado por
cierto que los bostezos son provocados por el aburrimiento o cansancio.
Un bostezo es
la acción incontrolada de abrir la apertura bucal o boca, con separación amplia
de las mandíbulas, para realizar una inhalación profunda a la que sigue una espiración
de algo menos de lo inhalado, con cierre final de la boca. Aparte cuando se
bosteza, se estiran los músculos faciales, se inclina la cabeza hacia atrás, se
cierra o entornan los ojos, se lagrimea, se saliva, se abren las trompas de Eustaquio
del oído medio y se realizan muchas otras cosas, como acciones
cardiovasculares, neuromusculares y respiratorias.
Los bostezos
son un poderoso mensaje no verbal con varias posibilidades de interpretación
dependiendo de la ocasión. Se puede indicar cansancio, estrés, exceso de
trabajo, aburrimiento y hambre. Podría ser que indica descompresión psicológica
tras un estado de alerta elevado. O un medio para expresar emociones fuertes
como el enojo, el aburrimiento y el rechazo. Bueno el bostezo es peor que la gripe, porque
hay quienes se contagian al ver otra persona bostezando.
Pero todo lo
anterior podría no ser cierto, investigadores de la Universidad de Princeton,
aseguran que además de todo lo demás, el bostezo es un signo que el cerebro está
que arde. La hipótesis termorreguladora del bostezo, propone que abrimos la
boca cuando la temperatura del cerebro aumenta, y que la consecuencia fisiológica
es que nuestras neuronas se enfrían. Al bostezar, el estiramiento de la mandíbula
aumenta el flujo de sangre al cerebro, y la inhalación de aire más frio que el organismo
permite el intercambio de calor con el entorno, dice el investigador Gallup.
Pongámosle que
es cierto esto de que el cerebro se sobrecalienta. La mayoría de mis alumnos
deben de estar ardiendo en calentura, se la pasan bostezando toda la sesión de
clase, incluso cuando todavía no empieza la sesión ellos ya han de estar
ardiendo de sus cerebros.
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