Es inevitable,
por lo menos para mí, andar viendo para todos lados. Me gusta ver mi entorno y
la gente que me rodea. Uno aprende mucho cuando sabe observar. Hay algo que me
impresiona y pasa cada vez que voy a un lugar público a comer, no importa si es
una pequeña fonda, un tabarete o un restaurante muy sofisticado; siempre hay
alguien que toma el salero y prácticamente lo vacía en su comida. Y se supe ver
que la comida parece estar “nevada” en sal.
¿Por qué hacen
eso? Que ganas de echar a perder los alimentos con tal cantidad de sal. La comida
pierde todo su sabor y simplemente sabe a sal. Aun peor, esta tipo de gente ni
siquiera prueba un bocado para saber si tiene sal o no, solamente agarran el
salero y con singular alegría espolvorean la comida de sal, mucha sal.
Según la Organización
Mundial de la Salud (OMS), establece que 6 gramos de es el consumo máximo de
sal al día, cosa que está muy lejos de la realidad, ya que la media en el mundo
es de entre 10 y 12 gramos. Aquí es
donde usted ya se esta diciendo para usted mismo, “Yo no le pongo sal a nada”,
y tal vez, y no lo necesita para ingerir una mayor cantidad de sal que la
recomendada, y que el 80% proviene de los productos envasados y precocinados.
La sal
contribuye a la retención de líquidos por parte del organismo, esto produce una
presión extra sobre las arterias y favorece a la hipertensión. Otra vez, según la
OMS la hipertensión es la causante del 62% de los accidentes cerebrovasculares
y del 42% de las enfermedades del corazón. Aparte de provocar insuficiencia
renal, osteoporosis y cáncer de estómago.
Es imposible
no comer sal, y menos en climas calurosos donde la deshidratación es un peligro
constante, pero esto no significa que tengamos que traer un salero en la bolsa
para cuando se nos ofrezca.
Esta es la
parte difícil para muchos, las recomendaciones. Esto dicen los que saben:
quitar el salero de la mesa; no es una de las mejores estrategias, el que
quiere le se puede parar a buscar el salero o la sal de donde sea que se
guarde. Otra recomendación: cocinar sin sal; estamos tan acostumbrados a la
sal, que lo primero que va a pasar es que, te vas a parar por el salero.
También se podrían
comprar productos bajos en sales, que luego son un poco mas caros, esto no
significa en ningún momento que sean 100% saludables, solamente que se supone
que tienen menos sal.
La idea es que
la sal no están buena, ni el azúcar, ni nada. Cada vez nos enteramos de que
todo lo que hacíamos es dañino. Lo que no mata, engorda o da cáncer, así es que
cada quien haga lo que su conciencia le dicte.
Bueno, eso
digo yo.
Gracias a Dios, soy super, mega, hiper desabrida para cocinar en el aspecto de que no le pongo sal ni a los blanquillos y he acostumbrado a Omar a provar primero y luego le pone ya sea un poco de sal o pimienta (mas la segunda).
ResponderEliminarLa que si me apantalla es mi primita de Mexico, ella sin provar le pone sal a la comida.
Saludos