lunes, 19 de diciembre de 2011

Del Krampus o del otro lado de Santa


La mayoría de la gente, o por lo menos la que yo conozco, relaciona la Navidad con regalos, dulces, buenas intenciones, momentos de paz y armonía. Pero todo tiene su lado obscuro y el obeso viejo del traje rojo que lleva un saco al hombro, no es la excepción. En ciertas culturas de Europa central, Santa Claus a los niños que se han portado mal les trae un pedazo de carbón, pero según el folclore alpino a los niños malos se los lleva en un saco un demonio muy malo llamado Krampus.

En todos los países y culturas hay algún tipo de leyenda o personaje que asusta a los niños y que es utilizado por las madres, más frecuentemente, para infringir miedo en sus hijos como medio correctivo; “el hombre o el viejo del saco”, “el coco”, “el ropavejero”. Este demonio Krampus cumple este función de aterrorizar a los niños mal portados, el duende anti-navideño, el antagónico de Papa Noel.

Krampus proviene del antiguo alemán “krampen”, que significa garra, también es conocido como Knecht Ruprecht, Klaubauf, Pelzebock o Shumutzli, perdonen si no los escribí bien mi alemán está un poco oxidado.

Este demonio o duende según algunos, es sirviente de Santa, y es el encargado de castigar a los niños malcriados, en las vísperas de Navidad, si los niños no se portan bien, se los lleva al infierno en su cesta o saco. Ahora ¿qué les hace el Krampus a los niños en el infierno? No tengo idea.

Al contrario de Papá Noel que viven muy confrontable en el Polo Norte, este demonio vive bajo tierra y aparece en la tarde del 5 o 6 de diciembre, merodeando las calles durante dos semanas haciendo sonar campanas y cadenas oxidadas que usa para advertir de su presencia y causar terror en el alma de los niños. De apariencia diabólica parecida al íncubo, de lengua larga roja, cuernos en al frente y mirada de enfermo mental pervertido maniático sexual. Con patas de fauno y pelambre oscuro y tupido. Con un costal o cesto en su espalda donde se lleva a los niños malos al niños malos.

En otras culturas el Krampus también es representando por un viejo con barba cerrada larga y cabello canoso, su aspecto es el de un ermitaño, con el cabello desaliñado, que mira y acecha a los niños, escogiendo a sus víctimas y se mete a las casas para meterlos en su costal y llevárselos al inframundo. En muchos hogares le dejaban sobre mesa al Krampus comida y golosinas para que no se llevara a nadie. Piensen un por un momento y la descripción anterior se parece mucho a San Nicolás.

“Pórtate bien, no debes llorar, ya sabes porque, Santa Claus llegó a la cuidad”

“Él todo lo apunta, él todo lo ve, te sigue tus pasos, estés donde estés, Santa Claus llego a la cuidad”.

“Te observa cuando duermes, te mira al despertar, no intentes ocultarte de él, pues siempre te verá”.

Mas terrorífico no se puede. Este gordito no salió tan bueno como pensábamos, todos tenemos un lado obscuro. Así que sean malos y felices fiestas. 

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