jueves, 29 de diciembre de 2011

De los bienes o me falto tiempo


En estos días donde el año nos pone una fecha final para poder iniciar otro ciclo, para muchos de nosotros es inevitable tener que hacer un balance de todo lo hecho, no lo hecho, lo que jamás deberíamos de haber hecho, de lo que hubiéramos hecho mejor, etc.… nunca tuve el tiempo necesario para comprar todo lo que vi publicitado. Además tampoco tuve el dinero para adquirirlo.

Siempre nos queda aunque sea un pequeño sentimiento de que insatisfacción no controlada por nuestras emociones, sino por una sociedad donde nos pide cada vez más satisfactorios y no pensando ni reparando en ningún momento si realmente los necesitamos o no. No existe dinero que alcance, ni vida no es tan larga para poder experimentar y adquirir todos los bienes de consumo que vemos postrados en un aparador o que nos bombardea el cerebro a través de la caja de cristal mágica en sus diferentes versiones.

Nada es tan malo como parece, ni tan bueno que no se pueda mejorar. ¿Qué el año que esta por acabar fue difícil? La respuesta es obvia, a nivel mundial y especialmente a nivel nacional ha sido un año plagado de sobresaltos, noticias no buenas, sequia extrema en el norte del país  o inundaciones atípicas en otras partes. Subió el dólar, bajo el peso, no baje de peso y subí de talla. Siempre andamos en busca de la “Felicidad”.

¿Tal vez no deberíamos buscar la felicidad, sino buscar el bienestar? No la pasamos buscando la felicidad, días van, noches vienen y como que la felicidad se escapa cada vez que estamos cerca. Siempre navegando contra corriente, o creemos que la felicidad se nos ha sido de las manos. La felicidad no creo que vaya a llegar a la vida por lo que pase o suceda en el exterior, sino que viene por lo que pasa en nuestro interior. Es una cuestión de elección.

Veamos hacia el bienestar, que es un conjunto de factores de participan en la calidad de vida de la persona y que hacen que su existencia posea todos aquellos elementos que le den tranquilidad y satisfacción humana. Aunque esta es una condición no observable directamente y con una carga de subjetividad propia del individuo. Empecemos a contar lo que tenemos y no de lo que carecemos. Esto no es más que un consejo y como todo consejo es como las mentadas de madre y las llamadas a misa, cada quien sabe si las atiende o no.

Se acaba el 2011 con muchas expectativas, miedos, fobias, sueños, en fin con muchos sentimientos. Con cada paso del tiempo sentamos las bases para caminar hacia adelante. Para mí hay mucho que rescatar, y como diría la canción “Yo no olvido al año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas. Me dejo una chiva, una burra negra, una yagua blanca y una buena suegra.”

Feliz Año Nuevo

1 comentario:

  1. Eso si mi vida ya van unos años que el año te ha dejado una muy buena suegra je!! te amo!!!

    ResponderEliminar