De Pepito o esta vez sí perdió

Pepito es de los cuentos o Jaimito conocido en otras partes de América Latina, ha sido un personaje que nos ha hecho reír mucho a través de los años. Dicen que todo mexicano trae un Pepito adentro y que es parte de nuestra idiosincrasia, es parte esencial del ser del mexicano. Difícilmente existe una persona en México que no hay escuchado o contado un chiste o cuento de Pepito. Todo mundo lo ha escuchado mentar, pero nadie lo conoce.

“Una vez estaba Pepito” típico inicio de un mal chiste. Es un niño en demasía curioso que al parecer el único propósito en la vida es realizar preguntas indiscretas, nada mas por el afán de joder, evidenciar la estupidez de los demás o situaciones embarazosas de sus padres y/o familiares. Pero siempre con tientes de inocencia que caracterizan al cualquier infante.

En niño que pase lo que pase siempre sale ganando y airoso de cualquier situación o predicamento que se le atraviesa; por eso hoy vamos a contar el único cuento donde Pepito le toca perder:

Era una Nochebuena, y Pepito dormía cómodamente en su cama.

En esos entra Santa Claus:

Pepito despierta y grita jubiloso y desparramándose de emoción solo llega acertar:

 “¡Santa! ¡Eres tú! ¡Qué bueno!”

Jo, jo, jo! Hola Pepito, vine a darte el regalo que me pediste.

Santa vuelve a la puerta del cuarto y hace un llamado:

“Lucifer, dale su regalo”

En eso entra el mismísimo rey de la obscuridad, con zapatos de casquillo y sin decir ni agua va, le da un patadón a Pepito en los meros huevos. El podre mendigo de Pepito sale volando por el cuarto unos dos metros y aterriza en su cama, rebota contra la pared y termina en el suelo.

Después de cómo diez minutos, Pepito logra recobrar el habla y con voz entre cortada de dice a Santa Claus:

“P… e… pero, por q..  por qué? Que pinche Santa????

Santa responde:

Sabía que lo preguntarías, así que traje tu cartita para responderte.

Saca entonces la carta que Pepito le mando y lee:

“Querido Santa: se que no me he portado bien este año, pero ME VALE MADRE!!!!”

“Y quiero un patín del diablo nada mas por mis huevos.”

Moraleja: tengas cuidado con lo que pidan, se los pueden conceder.