Hoy es domingo y como muchas familias
acostumbran, hoy vamos a comer en familia. La única falsedad es que hoy vamos a
recibir a unas tías, primas hermanas de mi madre, la cuales las hace casi como
unas verdaderas hermanas.
Me gustaría decir que vamos a recibir
a mis hermanos y a mis sobrinos, pero ellos viven algo lejos y no pueden venir
solamente a comer un día, pero el tener cerca a la familia siempre es
importante, especialmente cuando los años ya son bastantes y uno aprende que la
familia es parte angular de nuestra vida.
Volvamos con mis tías, usualmente son
4 y digo usualmente porque no es extraño que ellas inviten a por lo menos 2 ó 3
amigas mas a comer a casa, hecho que es por demás halagador cuando la gente
quiere ir a comer algo de comida casera. Comida confeccionada con amor, con respeto y con todas las ganas
de ofrecer lo que se tiene en ese momento.
Si bien en casa no nos sobra nada, tampoco nos
falta y por momentos tenemos la dicha de poder compartir con los demás. Es algo
que siempre me han enseñado, a compartir, ¿Qué? Lo que uno tenga, ya sea algo
humilde o algo suntuoso, pero a compartir con el corazón.
Por lo mismo es día que me
toca cocinar, y eso es todavía mejor. El puro hecho de poder servir con mis
manos la comida o llevar las viandas a la mesa y todavía ver como toda la
comida es consumida entre pláticas y risas, es un sentimiento muy
satisfactorio. Y lo más placentero es poder llevar comida y más comida a la
mesa sabiendo que vamos a tener estómagos contentos y, cuando un estomago está
contento, hay muy buenas posibilidades que el corazón también lo esté.
El menú va a ser algo
sencillo no tan complicado. Salvo que cambie de opinión a última hora creo que
vamos a comer una ensalada verde acompañada con una vinagreta casera, unas
papas al horno con mantequilla cocidas a fuego lento para que estén muy
suavecitas a la hora de comer; un arroz blanco sin más pretensiones y creo que
de platillo fuerte será un tradicional asado de puerco (carne de pierna de
puerco frita aderezada con una salsa de chile colorado y especias). Como es costumbre unas ricas tortillas de maíz
y algo de pan blanco por si alguien quiere. Refresco o agua de sabor para eso
de los que tengan sed.
Algo voy a tener que
ofrecer antes de comer, tal vez unos chicharrones botaneros con salsa, y de
postre como hace calor y estamos a mas de 35 grados centígrados en las tardes,
helado napolitano, a casi todo el mundo le gusta el helado, a mi me gusta.
Y como dirían en la
Universidad donde doy clases: “El que no vive para servir, no sirve para
vivir.”
Se me antojo =/
ResponderEliminarEsa es la dicha de tener a la familia cerca, puedo decir que es lo que extranio de estar alla.
Por cierto, el babyshower esta pensado para noviembre, despues del 20; para que les digas a tu mami y Flavia.