Oficialmente hoy empiezan
las clases para los niños de educación básica, pre-escolar, educación media y
como le quieran llamar; la mayoría de las universidades ya entramos en labores,
así como varias preparatorias y bachilleraros. El final del periodo vacacional,
implica más que sólo dormir a los niños más temprano.
Involucra toda una serie de
eventos, los cuales varios son espeluznantes como la compra de útiles
escolares, forrar los cuadernos de un color determinado y etiquetar todos útiles
para poder ser identificados por los maestros más que por los niños que
realmente lo último que quieren es cagar como 20 kilógramos de cosas que si mal
no recuerdo, no se utilizan en su totalidad. Eso si siempre con los zapatos muy
bien lustrados y con uniformes nuevos; y no podía faltar el peinado impecable.
Hagamos hecho lo que
hagamos hecho, siempre llegamos mas cansados de las vacaciones y luego pedimos
vacaciones de las vacaciones. Las vacaciones no siempre son buenas para la
salud. Según un francés Pierre Delbarre que ha de ser algo medio golfo, dice
que tomando vacaciones en al menos dos o tres periodos cortos y frecuentes de
entre ocho y diez días por año, es mejor para nuestra salud.
No lo dudo que esto sea
bueno, lo que dudo mucho es que un patrón quiera pagarle a su empleado más
lapsos vacacionales que los que ya establece la ley. Eso ya seria materia de
discutirlo en las cámaras de representantes.
Usualmente los efectos
positivos de las vacaciones terminan a las dos semanas de volver a la rutina, lo
que se recomienda es que antes de terminar las vacaciones es tener una
experiencia intensa o simplemente distinta, una o dos semanas antes. De esta
forma los efectos positivos serán más duraderos. Otra forma de perpetuar un
poco más los efectos positivos en el cuerpo, es tener experiencias de
aprendizaje, como un curso de idiomas o de lo que sea que resulte placentero.
Estos son algunos consejos
para lidiar con el estrés post-vacacional. Todos llegamos de estos días un poco
más gordos o llenitos, un poco o mucho mas gastados de dinero y un tanto más
pobres con una carga de deudas que hay que pagar. Pero no importa, lo bailado
ya nadie nos lo quita. Siempre quedan las casas de empeño o los montes de
piedad para ayudar un poco.
Que si no le es suficiente,
queda la meditación, el yoga, variadas tecinas de relajación. Uno que otro
medicamento que puede conseguir en la farmacia de libre venta, los psicólogos,
y si es mucho su estrés puede ir con un psiquiatra. Si no tiene dinero para la
consulta, en todos lados existen los remedios caseros, el té de azahares o de 7
flores, la pasiflorina y demás hierbas.
Feliz regreso a clases.
Uno nunca tiene las suficientes vacaciones.
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