lunes, 20 de agosto de 2012

De las vacaciones o del descanso


Oficialmente hoy empiezan las clases para los niños de educación básica, pre-escolar, educación media y como le quieran llamar; la mayoría de las universidades ya entramos en labores, así como varias preparatorias y bachilleraros. El final del periodo vacacional, implica más que sólo dormir a los niños más temprano.

Involucra toda una serie de eventos, los cuales varios son espeluznantes como la compra de útiles escolares, forrar los cuadernos de un color determinado y etiquetar todos útiles para poder ser identificados por los maestros más que por los niños que realmente lo último que quieren es cagar como 20 kilógramos de cosas que si mal no recuerdo, no se utilizan en su totalidad. Eso si siempre con los zapatos muy bien lustrados y con uniformes nuevos; y no podía faltar el peinado impecable.

Hagamos hecho lo que hagamos hecho, siempre llegamos mas cansados de las vacaciones y luego pedimos vacaciones de las vacaciones. Las vacaciones no siempre son buenas para la salud. Según un francés Pierre Delbarre que ha de ser algo medio golfo, dice que tomando vacaciones en al menos dos o tres periodos cortos y frecuentes de entre ocho y diez días por año, es mejor para nuestra salud.

No lo dudo que esto sea bueno, lo que dudo mucho es que un patrón quiera pagarle a su empleado más lapsos vacacionales que los que ya establece la ley. Eso ya seria materia de discutirlo en las cámaras de representantes.

Usualmente los efectos positivos de las vacaciones terminan a las dos semanas de volver a la rutina, lo que se recomienda es que antes de terminar las vacaciones es tener una experiencia intensa o simplemente distinta, una o dos semanas antes. De esta forma los efectos positivos serán más duraderos. Otra forma de perpetuar un poco más los efectos positivos en el cuerpo, es tener experiencias de aprendizaje, como un curso de idiomas o de lo que sea que resulte placentero.
Estos son algunos consejos para lidiar con el estrés post-vacacional. Todos llegamos de estos días un poco más gordos o llenitos, un poco o mucho mas gastados de dinero y un tanto más pobres con una carga de deudas que hay que pagar. Pero no importa, lo bailado ya nadie nos lo quita. Siempre quedan las casas de empeño o los montes de piedad para ayudar un poco.  

Que si no le es suficiente, queda la meditación, el yoga, variadas tecinas de relajación. Uno que otro medicamento que puede conseguir en la farmacia de libre venta, los psicólogos, y si es mucho su estrés puede ir con un psiquiatra. Si no tiene dinero para la consulta, en todos lados existen los remedios caseros, el té de azahares o de 7 flores, la pasiflorina y demás hierbas.

Feliz regreso a clases.

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