Ya después de
casi tres meses de vacaciones, vuelvo por fin al aula de clase, para impartir cátedra.
Más bien es orientación, este semestre solamente voy a estar el frente de un
grupo de jóvenes que, por ley, tienen que realizar su Servicio Social en alguna
dependencia ya sea de gobierno o en alguna institución altruista sin fines de
lucro.
Por este
semestre los viernes es el día en que me toca ir a la Universidad para lograr
que estos jóvenes retribuyan con su trabajo, algo a la sociedad. Me encantaría decir
que es un proceso fácil, no lo es en absoluto. De entrada el alumno no quiere
hacer o gastar su tiempo en grupos vulnerables, usualmente le tienen miedo a lo
desconocido y temas como el hambre, la pobreza, la necesidad, son asuntos que
no quieren saber nada de ellos.
Y con justa razón,
bajo condiciones normales a nadie le gusta el sufrimiento y menos que se lo
comparta un completo extraño. Difícilmente a uno de estos jóvenes que están a
punto de salir al mercado labor, le gusta distraerse en labores no lucrativas y
muchos menos que invertir su tiempo y a veces hasta un poco de dinero en
realizar actividades que solamente le van a dar una satisfacción personal.
Hoy vi rostros
nuevos temerosos de lo que va a suceder son ellos y otro tanto fastidiados de
cumplir con un requisito que impone la ley para poder obtener su titulo como
profesionistas. La verdad de varios lo único que si fue el temor a enfrenarse
con una realidad que esta a escasos pasos. Vi el miedo al ser tocados y
conmovidos por historias, que para muchos son verdaderas historias de terror.
Se resisten a
tornase un poco mas humanos y dejarse llevar por el sentimiento y llorar y patalear
y renegar de todas a cada una de las injusticias que no tienen nombre y que no
pueden nombrar a un culpable más que al destino o a la circunstancias o
directamente a Dios. Sentir es malo, es perjudicial para mucho de ellos, ser empático
con el miserable o de con el digno de compasión, no se encuentra en su diario
devenir.
Otra vez me va
a tocar hacer labor de convencimiento que el ayudar no nos vuelvo susceptibles
ante de los demás, que dar un poco de nosotros no es quedarnos vacios; al contrario
en el Servicio Social, como lo plantemos todo un equipo de convencidos, el dar
no es pobreza, al contrario el dar enriquece el alma.
Ya hace 5 años
que estoy en esta labor, que aunque mal remunerada, no lo hago por un dinero,
lo hago plenamente convencido que tal vez mas un estudiante va a terminar
siendo una mejor persona y yo cada vez un mejor guía.
Eres un maestro y guía increíble!!! Te amo!!!
ResponderEliminarOh si, lo recuerdo bien..., jeje
ResponderEliminarRecuerdo cuando entre a la uni, estaba llena de miedo y confundida si era mi vocacion o no; despues me cambie de uni y de carrera; me encontre con un profe poco convencional con el que me enoje muchisisisisimo en un examen pero con el tiempo se convirtio en mi guia y mejor amigo con el que me tomaba un delicioso cafe los domingos charlando larga y tendidamente. ;-D