Fue otra vez
una de esas noches que vi tantas veces el reloj que ya estaba harto. Fue mala
noche y no entiendo porque si ayer todo el día me estaba cayendo de sueño, en
la noche no podía dormir. No tengo mas preocupaciones que las mas mismas que tenía
una noche anterior, y algo cambio y ahora no dormí tanto.
Con los daños
duermo cada vez menos, por lo que se refiere a la noche, porque después de
comer me da un sueño horrible; ni tan horrible porque siempre he disfrutado de
dormir siesta. Eso de dormir un rato en la tarde es una buena estrategia que
implementan las madres para que los niños las dejen tranquilas por lo menos un
momento del día, pues hay tienen ustedes que algunos nos gusto la costumbre y
le seguimos durmiendo en la tarde.
Mi abuela me decía
que tenía mal del ejidatario: que después de dormir, que hambre y si comía después
que sueño. Pero creo que eso nos pasa a todos en algún momento. La verdad es
que supongo que da sueño y no da la modorra, como dirían en mi pueblo, porque después de las comidas existe la presencia
de glucosa en sangre. Altos niveles de glucosa en sangre, como los que aparecen
después de una gran comida, pueden desactivar células del cerebro que
normalmente segregan sustancias que nos mantienen despiertos y en alerta. Realmente
no sé cómo funciona propiamente, pero se que tiene que ver con el hipotálamo, y
la mera verdad ese hipotálamo me está cayendo gordo porque regula y es culpable
de muchas de la cosas que pasan en nuestro cuerpo. Algún día le dedicaremos un espacio.
La idea es que sigo con sueño y a veces es impresionante lo que duermen los
animales; se supone que el hombre necesita 8 horas, por lo menos es el mito
popular; los caballos solamente duermen 2.9 horas al día, la ovejas 4 horas,
las vacas 5 horas, el elefante asiático 5.3 horas, las focas 6 horas; de aquí en
adelante se pone un poco más decente; el cerdo 8.4 horas, la mosca del vinagre
10 horas, los perros fieles cuidadores del hogar 10.7 horas, nuestros casi
hermanos los chimpancés 10.8 horas, el delfín 10 horas y no se ahoga y las
palomas unas 11.9 horas. De aquí en
adelante las cosas se ponen más tranquilas, ejemplo un león si tiene algo que
hacer, sólo duerme escasas 13 horas y puede dormir mas si lo dejan; eso me
recuerda a varios; el gato domestico 13.2 horas, la ardilla 14 horas, la musaraña
16 horas, la zarigüeya 19.4 horas, el ratón y el perezosos unas 20 horas
diarias y el koala que se parece a uno de mis compadres llega a dormir hasta 23
horas en un día.
Así que usted decida a que animal se quiere parecer, pero creo que entre la
semana muchos dormimos como caballo y el
fin esperamos dormir como koalas.
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