domingo, 5 de agosto de 2012

De ser temprano o de ya desperté


Realmente ni es tan temprano y tampoco estoy tan despierto como dice el titulo de lo que sea que este escribiendo en este momento.  Bueno trato de adelantarme o anticiparme a los demás, pero en esta fase del desarrollo del día, cuando todavía escasea la luz natural, mis ojos no responden, al igual que mi cerebro; yo creo que estoy despierto, según yo ya interrumpí el sueño, pero como que el sueño en un afán de subsistencia trata de interrumpir la vigilia.

Trato de volver en si y recapacitar que tal vez lo mejor es hacerle caso al cuerpo y dirigirme rumbo al dormitorio y seguir placenteramente acostado y seguirle dormido; pero hacerle caso a mi cuerpo es algo de lo que me la paso haciendo buena parte del día y contantemente nos estamos peleando; que quiere ir al baño, que ya le dio sed, que tiene hambre y tiene antojo, que ahora se quiere ir a descansar, que otra vez tiene hambre y sed, que ya paso un rato de comer y otra vez quiere ir al baño, y así se la pasa pidiendo y pidiendo cosas. Y esto es todo el día, todos los días y no veo cuando puedo parar este constate exigir.

Pero no me puedo enojar conmigo mismo, pelearme conmigo es una tontería. No le puedo ganar a mi mismo. Así que mejor no entro en un conflicto que no puedo ganar, ni pretendo continuar perpetuando un encono que no existe más que en mi mente, cuando no me  puedo poner de acuerdo con mi conciencia.

Siguen siendo las primeras horas del día y el reloj no avanza lo suficientemente rápido. Ahora no creo que el tiempo cambie su andar solamente porque me da mi gana; el minuto sigue teniendo 60 segundo me guste o no. Que la percepción del tiempo puede se relativa, eso si, es como cuando pides una pizza  a domicilio, esperas que el tiempo se le acorte al repartidor, que los 30 minutos no le sean suficientes para que llegue tarde y no le pagues es importe del consumo. Luego te das cuenta que ya es casi hora, llega el repartidor de pizza a tiempo, el reloj  te jugó una mala pasada.

La pizza llega muy caliente, tu hambre es mucha, no ves la hora que poderle hincar el diente para poder saciar tu hambre, parece que el tiempo se detiene. Sigue ardiendo el queso y tienes miedo de volverte a quemar la boca como la última vez. Decides ir por un refresco, cambiar de canal y buscar un programa  de televisión que te agrade. Y sin más ni más el tiempo vuela y ahora tú trozo de pizza ya esta frio y tienes necesidad de calentarlo en el horno de microondas. Y todavía por andar perdiendo tiempo en cosas que ni siquiera te diste cuenta hasta tienes que ir al baño, luego te percatas que te tienes que volver a levantar de tu asiento porque tu refresco necesita hielos, porque ya esta caliente. Así es el tiempo, no perdona.

¿Cómo pase de querer hablar de lo temprano que me desperté a una rara historia de una pizza fría? Hay disculparan es que ahora sí, no estoy tan alerta como debería, ya me parezco a mis queridos discípulos cuando en un acto de lesa humanidad, los hago ir a las 7 de la mañana a la universidad. Ahora ni es tan crimen, ni yo los hago ir, nada es la hora en que puedo dar clases.

Saben que mejor ya me voy a dormir, ya de verdad son puras sandeces lo que digo.

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