Realmente ni
es tan temprano y tampoco estoy tan despierto como dice el titulo de lo que sea
que este escribiendo en este momento.
Bueno trato de adelantarme o anticiparme a los demás, pero en esta fase
del desarrollo del día, cuando todavía escasea la luz natural, mis ojos no
responden, al igual que mi cerebro; yo creo que estoy despierto, según yo ya
interrumpí el sueño, pero como que el sueño en un afán de subsistencia trata de
interrumpir la vigilia.
Trato de
volver en si y recapacitar que tal vez lo mejor es hacerle caso al cuerpo y
dirigirme rumbo al dormitorio y seguir placenteramente acostado y seguirle
dormido; pero hacerle caso a mi cuerpo es algo de lo que me la paso haciendo
buena parte del día y contantemente nos estamos peleando; que quiere ir al
baño, que ya le dio sed, que tiene hambre y tiene antojo, que ahora se quiere
ir a descansar, que otra vez tiene hambre y sed, que ya paso un rato de comer y
otra vez quiere ir al baño, y así se la pasa pidiendo y pidiendo cosas. Y esto
es todo el día, todos los días y no veo cuando puedo parar este constate
exigir.
Pero no me
puedo enojar conmigo mismo, pelearme conmigo es una tontería. No le puedo ganar
a mi mismo. Así que mejor no entro en un conflicto que no puedo ganar, ni
pretendo continuar perpetuando un encono que no existe más que en mi mente,
cuando no me puedo poner de acuerdo con
mi conciencia.
Siguen siendo
las primeras horas del día y el reloj no avanza lo suficientemente rápido.
Ahora no creo que el tiempo cambie su andar solamente porque me da mi gana; el
minuto sigue teniendo 60 segundo me guste o no. Que la percepción del tiempo
puede se relativa, eso si, es como cuando pides una pizza a domicilio, esperas que el tiempo se le
acorte al repartidor, que los 30 minutos no le sean suficientes para que llegue
tarde y no le pagues es importe del consumo. Luego te das cuenta que ya es casi
hora, llega el repartidor de pizza a tiempo, el reloj te jugó una mala pasada.
La pizza llega
muy caliente, tu hambre es mucha, no ves la hora que poderle hincar el diente
para poder saciar tu hambre, parece que el tiempo se detiene. Sigue ardiendo el
queso y tienes miedo de volverte a quemar la boca como la última vez. Decides
ir por un refresco, cambiar de canal y buscar un programa de televisión que te agrade. Y sin más ni más
el tiempo vuela y ahora tú trozo de pizza ya esta frio y tienes necesidad de
calentarlo en el horno de microondas. Y todavía por andar perdiendo tiempo en cosas
que ni siquiera te diste cuenta hasta tienes que ir al baño, luego te percatas
que te tienes que volver a levantar de tu asiento porque tu refresco necesita
hielos, porque ya esta caliente. Así es el tiempo, no perdona.
¿Cómo pase de
querer hablar de lo temprano que me desperté a una rara historia de una pizza
fría? Hay disculparan es que ahora sí, no estoy tan alerta como debería, ya me
parezco a mis queridos discípulos cuando en un acto de lesa humanidad, los hago
ir a las 7 de la mañana a la universidad. Ahora ni es tan crimen, ni yo los
hago ir, nada es la hora en que puedo dar clases.
Saben que
mejor ya me voy a dormir, ya de verdad son puras sandeces lo que digo.
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