martes, 12 de junio de 2012

De palabras no usuales o de mi abuela


Procuro no mencionar mucho a mi familia, porque usualmente sé que voy a decir alguna tontería que por supuesto a alguien no le va a caer en gracias. Pero mis abuelos eran muy divertidos, no porque así fuera su carácter, eran divertidos por casualidad. Lo mismo que pueden decir de muchos de nosotros, que somos simpáticos con proponérnoslos.

Recuerdo mucho a mi abuela, era una persona de principios del siglo pasado, que le toco vivir lo suficiente y ver pasar los años que se iban y ella siguió por mucho tiempo firme en este mundo; no opinaba mucho, pero si hablaba lo suficiente.

El sus costumbres lingüísticas tenia palabras que no siempre entendí a cabalidad, pero yo suponía su significado; en esta ocasión no puedo hacer mucho  referencia a fuentes formales porque no existen significantes para los términos acuñados en el diario de las vicisitudes de la concurrencia del tiempo.

Cuando mi abuela se asombrada o tenía una emoción fuerte, definía sus sentimientos con sus propios vocablos; así tan presto podía darle un “válgame”, como un “tramafat”; o le agarraba la “congoja” y muchas otras veces se le aparecía el “soponcio”. Ella decía que de tanto susto le podía dar el “mal de san vito” o “las azucares se le subían”, le “venia el desmayo” y hasta se le “desvanecían las corvas”, vaya usted a saber.

Le daba el “oguío” cuando no podía respirar bien, pero también de “pegaban los espasmo” o podía andar “tosijosa”, en fin yo sabía que tenía tos y que no podía inhalar o exhalar aire, pero no todo era igual, ella solamente sabia como aplicar sus palabras.

Tenía un remedio diferente para un “acabamiento de estómago”, que no era los mismo que tener un “aislamiento de estómago” y aún pero cuando sentía que le “venia la comida”, por si las dudas yo siempre le daba un antiácido. A la fecha nunca entendí las sutiles diferencias.

Ella decía muchas cosas, como todos las decimos. La brecha generacional nunca fue impedimento para hacerse entender. La recuerdo con mucho cariño, sus palabras siempre me han hecho sonreír. 

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