lunes, 25 de junio de 2012

De lo que no me gusta o casi odio


No me gustan muchas cosas y otras tantas no las puedo soportar.

No me gustan las prisiones, sentirme encadenado y ver cada día más candados, rejas y cerrojos, bardas y barrotes que resguardan las casas.

No me gustan las autoridades que se creen dueñas de nuestras almas, vidas y que intentan coartar nuestras libertades.

No me gusta que me etiqueten en una categoría o categorema cuando ni siquiera me conocen.

No me gusta que me amordacen, que me torturen, que me plagien, que  golpeen.

No me gustan los mosquitos que me interrumpen mi sueño en las noches o que me molestan a cada momento.

No me gusta la gente que en nombre de Dios comete crímenes y perjuicios contra la sociedad.

No me gustan los interesados que solamente buscan riquezas personales y nunca ven por los demás.

No me gusta sentir miedo cada vez que salgo de mi casa.

No me gustan las despedidas, ni partir, ni estar ausente de la vida de las personas que amo.

No me gustan los hombres que someten a su prójimo, que en pos de la democracia callan voluntades.

No me gusta que me compren, ni que me vendan, ni que me utilicen como les van en gana.

No me gusta que me hieran, que me maltraten, que cuarten mi libertad de expresión.

No me gustan las ideas estrictas, que no son flexibles y que no permiten la discusión.

No me gusta correr como desesperado tratando de cumplir con las órdenes del dictador tiempo.
No me gusta que me corten las alas y no me dejen soñar con un mundo mejor.

No me gusta que me amen con amores débiles,  que mueren al primer problema.

No me gusta levantarme temprano por mañana si todavía tengo sueño.

No me gusta estar enfermo y tampoco el remedio que me hace sentir peor.

No me gusta que me mientan, con la excusa que la verdad duele más.

No me gustan los cobardes que prefieren vivir agachados que morir con la cara en alto.

No me gusta la gente que vive reservando sus mejores momentos para un futuro que tal vez nunca llegue.

No me gusta vivir en otra tierra que no sea la mía, aquí está plagado de riquezas.

No me gustan los trámites burocráticos que me hacen perder mi tiempo.

No me gustan los hipócritas, fingiendo nunca me van a convencer.

No me gustan muchas cosas  y otras tantas no las puedo soportar. 

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