viernes, 27 de abril de 2012

De parece chiste o de es real


En el ámbito de los columnas publicadas en los diversos diarios de circulación nacional, nadie como el maestro y filosofo Armando Fuentes Aguirre, mejor conocido como Catón para plasmar la constante lucha del hombre común contra el aparato burocrático. Dentro de su columna “Mirador” de ven en vez, aparece “Historias del señor Pérez y de su trágica lucha contra la Burocracia”.

A la burocracia jamás se le gana, puede que quedes empatado, pero nunca le podrás ganar. Al azar tome unos ejemplos y creo que pueden ser validos en todo momento y lugar no importando el país. .
El Funcionario del Estado hizo llamar al señor Pérez y le preguntó:
-¿Cómo te llamas?
Respondió él con inquietud:
-Me llamo Pérez.
-En adelante -le informó El Funcionario del Estado- te llamarás zerép.
-¿Por qué zerép? -se atrevió a preguntar el señor Pérez.
El Funcionario se dignó explicarle:
-Porque en este país todas las cosas andan al revés.

El Funcionario del Estado le dijo al señor Pérez:
-No te veo.
-Aquí estoy -se atrevió a responder, temblando, el señor Pérez.
-No te veo -repitió el Funcionario del Estado.
Osó acercarse más el señor Pérez, y se puso ante los ojos mismos del Funcionario. Repitió con angustia:
-Aquí estoy.
Y el Funcionario, imperturbable:
-No te veo.
Desesperado, el señor Pérez escapó corriendo. Llegó a su casa. Y sucedió que al pasar frente al espejo de la sala no se vio.

El Funcionario del Estado le ordenó al señor Pérez:
-Di sí o no.
El señor Pérez, tembloroso, dijo.
-Sí.
-Te equivocaste -le informó El Funcionario del Estado.
Corrigió, angustiado, el señor Pérez:
-No.
-Te equivocaste de nuevo -volvió a decirle El Funcionario-. Te ordené que dijeras sí o no. Debiste haber dicho precisamente eso: "Sí o no".
Gimió entonces el señor Pérez:
-Sí o no.
-Demasiado tarde -dijo El Funcionario.

El Funcionario del Estado hizo llamar al señor Pérez y le preguntó:
-¿En qué fecha naciste?
El señor Pérez le dio la fecha de su nacimiento.
-Ese día, cada año –le informó El Funcionario-, deberás pagar un Impuesto Especial por cumplir años.
El señor Pérez se resignó. Pensó que, después de todo, un pago anual no era demasiado.
-Además –le dijo El Funcionario-, a partir de hoy cumplirás años cada mes. Y, si las finanzas del Estado se agravan aún más, después cumplirás años cada semana, y luego cada día.
Fue entonces cuando el señor Pérez hizo otra vez lo que muchas veces había hecho: arrepentirse de haber nacido.

El Funcionario del Estado hizo llamar al señor Pérez y le dijo:
—A partir de mañana pagarás un Impuesto por cada letra de tu nombre.
Preguntó, tembloroso, el señor Pérez:
— ¿A cuánto ascenderá ese impuesto?
Se dignó a responder El Funcionario:
—A un peso diario por cada letra.
El señor Pérez suspiró, aliviado. Un peso no era mucho, y además su nombre tenía sólo cinco letras.
—Se me olvidaba —añadió El Funcionario—. A partir de mañana tu nombre será pérezgrgsmrmsdgpmfhroosammetrrpimosprtgsngoñosmnzacgritusmochombrpkskhodjhqfsrschfpormtorpomsbuprmsrrtrosjuhsfrguhijkzmgrtropisgnftrogokd.

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